Voy a vomitar.
Abrí los ojos despacio y me encontré en una habitación que no reconocía. Era amplia, con una luz suave que se filtraba por las cortinas. La cama era grande y estaba cubierta por una colcha de un suave tono crema. Me sorprendió ver un mueble antiguo cerca de la ventana, lleno de libros y objetos curiosos. No había nada familiar en la habitación, y me di cuenta de que definitivamente no estaba en mi residencia universitaria. Horrorizada, caí en la cuenta de que todas mis preguntas conducían a la misma respuesta.
Me había emborrachado demasiado anoche.
Me froté los ojos, intentando despejar la niebla en mi mente. La última imagen clara que conservo era la de la fiesta, con la música a todo volumen y las risas inundando el aire. Pero después de eso, todo se desvanecía como el humo de un cigarrillo en una habitación cerrada.
Oh no... no...
Percibo una mano rodeando mi cintura.
Mierda.
Me había acostado con el vocalista de la banda más mediática del momento en la ciudad después de haber estado una semana conociéndolo. ¿Tan rápido había caído por él? No me armaba de valor ni siquiera a mirar a mi lado de la cama otra vez.
Con poca motivación, alcé la sábana y me vi obligada a parpadear un par de veces, estaba completamente desnuda. Qué putada no tener idea de qué hacer en estas ocasiones. Mi mente solo golpeaba con que las cosas estaban yendo demasiado rápido entre nosotros. Apenas lo conocía una semana. Lo peor es que seguro que anoche me parecía increíble hacer esto.
Aún sigo sintiendo el pinchado de molestias en mi estómago, espero no acabar vomitando. De todos modos intento ponerme de pie, pero mis piernas apenas responden.
—¿Vas a escaparte como si esto fuera un acto de crimen? —su voz resuena en la habitación.
Siento cómo la sangre se me congela en las venas, y un pequeño escalofrío recorre toda mi espalda.
—Esto se nos ha ido un poco de las manos—dije.
—¿Cómo?
—Normalmente la gente se conoce un poco más de una semana y hacen estas cosas... Anoche... Estaba borracha seguro.
En ese momento el calor pincha mi piel. Porque recuerdo haberles pedido consejos a mis dos mejores amigas y a las dos, les parecía buena idea que me lo tirara apenas conociéndonos bien. En realidad, por muchos consejos que me dieran terminaría haciendo lo que quería. Nían levanta la mirada, sus ojos azules fijos en los míos, mientras mi corazón late con fuerza, preguntándome qué demonios he hecho.
—¿Estás diciendo que te has acostado conmigo porque estabas borracha?
—Si, borracha.
—Claro.
Había algo de ironía en su palabra.
—Lo digo en serio, estaba borracha y seguro que sentía que todo lo que hacía era lo correcto... Joder, no quiero que pienses que me he aprovechado lo de ser tú fan para acostarme contigo en un récord corto.
—¿Y tu crees que me acuesto con una fan rápidamente, porque sí?—alza una ceja.
—No.
—¿Y, entonces?
—Lo de anoche fue...
—Increíble —concluye con una sonrisa pícara, como si estuviera recordando la noche anterior con agrado.
—¿Tú crees...?
—Si.
Yo era fan de Nian, de su música y de su banda. Escuchaba sus canciones constantemente, seguía sus redes sociales y no podía creer mi suerte cuando supe que estaban en el bar de mi mejor amiga. Eran la banda del momento, y desde que nos conocimos, no dejamos de hablar, de salir juntos en una semana entera. Y, anoche... salí de fiesta con él y junto a los chicos de la banda, mis dos mejores amigas, y terminé en esta situación. Lo peor era que Nian era técnicamente guapo, alto, una voz sexy y con un carisma diferente, no tenía tatuajes pero tenía un cuerpo que te hacía temblar.
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Acordes mayores
Teen Fiction(Segunda parte, historia diferente) Se llama Nian. Se apellida Walker. Y es vocalista. Irina, es fan de aquella banda famosa de la ciudad, en especial tenia un favorito. Aunque para ella nada era imposible, sabía que encontrarlo no era fácil, busca...