𝕀𝕀𝕀

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―¿Qué haces aquí? ―La anfitriona hizo presencia cuando él se hallaba desprevenido, hacía rato que estaba buscando a su compañero de sótano. Por ello poco le prestaba atención a su entorno y a las personas, en cuanto sabía que no era el pelinegro se desviaba e ignoraba al grupo de personas; claro que, no a todas, pues si veía a algún conocido le saludaba y preguntaba por el más alto.

Casi al instante en que la escucho, volteo con rapidez y le recibió con esa sonrisa automática que siempre se formaba al hablar con ella. El malhumor de la chica ni se inmutó; solo se cruzó de brazos y lo observó.

―¡Hola, Julie!

De nuevo ese tono de voz y gestos robóticos; a veces se ponía nervioso frente a ella, quizás le temía; pero a ciencia cierta nadie estaba seguro de si así era.

Era casi cómico las teorías locas que se inventaba la gente tan solo porque Scott Pilgrim era parte de la ecuación. Ya saben, el mismo chico que era famoso por ganar todas las peleas, pero que gano más reconocimiento tras haber muerto en una de estas; el mismo que en su funeral la famosísima Envy Adams hizo presencia; al mismo al que le iban a hacer una película, también una obra de teatro; y que luego revivió como un mesías.

Aunque no sé sabía que pasaba con esos dos y porqué su incompatibilidad sobrepasaba los límites, sí que dejaban volar su imaginación para darle un "origen lógico."

Algunos comentaban que fue porque Scott hizo algo que la enojo al punto de que en venganza ella dañara uno de los juegos favoritos del Pilgrim y ahora él evita sacarla de quicio, para que no se repita semejante tragedia; para otros era natural temerle; hasta se llegó a hablar que su odio era provocado porque ella era un demonio enviado a provocar el fin del mundo, pero Scott la derroto y ahora estaba condenada a vivir en esta mugrosa tierra; y los más audaces se atreven a decir que ella es la única que en una batalla podría derrotar al legendario poder de Scott Pilgrim; ya saben, habladurías del bajo mundo.

Julie rodo los ojos con fastidio y centro todo su enojo en el "idiota que siempre se invitaba solo".

―Te acabo de hacer una pregunta, Pilgrim.

La boca del pelirrojo se abrió y cerró en cuestión de segundos, incapacitado de dar una explicación, ya que la castaña no paraba de hablar recriminando o acusándole de cualquier cosa.

―No vayas a decir "me invitaron", como la última vez. ―Lo apuntó con su dedo índice. ―No pueden traer a nadie y son invitados personalmente por mí, mis fiestas son selectivas.

Y ahí iba de nuevo, haciendo esa cosa que hace con la boca mientras insulta hasta en tres idiomas a nuestro pelirrojo favorito. Scott inflo sus mejillas, observando como la fémina hablaba y hablaba sin parar; sus ojos se pasearon por toda la habitación para continuar con su búsqueda, aun no sabía cómo sus amigos hacían para mezclarse entre la multitud apenas llegaban a una fiesta y más cuando eran tan aburridas como estas.

Pensó en Wallace y lo deprimido que se veía en casa, recordó cómo estuvo quejándose del cansancio que traía del viaje; escucho la voz en su mente de las incontables quejas que el pelinegro hacía por el absurdo frio que había en Toronto; recordó cómo hasta el último segundo del trayecto a la fiesta su amigo estuvo diciendo un montón de cosas que podrían haber hecho en casa, como tomar café, por ejemplo.
¡Claro, pero apenas tocaron el territorio de la Powers él se esfumo en el aire!

En su recorrido observo algunas caras conocidas entre la multitud de personas que asistían a las fiestas selectivas de Julie Powers; esa casa estaba repleta de gente, personas que iban y venían buscando bebidas o con quien entablar conversación, otros bailaban, los más jóvenes jugaban cosas tontas; la mayoría solo charlaba en algún lugar. No había nadie que no estuviera invitado, además de Scott.

Mi Querido Idiota ♥Scollace♥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora