Mi RD de Naruto

II

Había pasado ya casi una semana con normalidad y la verdad casi no me separaba de Naruto o bueno el no se separaba de mi, la verdad solo me la pasaba en la academia con Sakura o con Naru de ahí en fuera aún no me sentía lista para conocer a los demás.

De echo apenas me estaba acostumbrado a todo esto.

Más con los entrenamientos de Kakashi.

una mañana

— Aiko, vamos levantate es hora de entrenar — Sentí como mi hermano se sentaba en mi cama y me movía ligeramente.

Abrí mis ojos y los talle, cuando vi la ventana aún era de noche

— ¿Qué hora es?

— Las 4:30 de la mañana

— ¡LAS 4:30 DE LA MAÑANA! — ni siquiera en mi RA me levanto tan temprano.

— No es para tanto, vamos cambiate te espero en la sala — Me dio un beso en la frente y se marchó.

Me levanté de mi cama y saque una ropa igual a la de Kakashi, (es que si me gustó su ropa) el pantalón negro y la playera sin mangas negra. Esa ropa estaba bien cómoda.

Después salimos de la casa y comenzamos a caminar hasta llegar a la bendita montaña.

— ¿Lista? Recuerda chakra en las puntas  de los pies, exparse tu peso en todo tu cuerpo, fuerza en tu mano derecha y no mires hacia abajo. Vamos

Y él fue el primero en comenzar a subir la montaña.

Dios mío, aún me acuerdo el miedo que tenía, ¿Y si me caigo? ¿Y si me parto mi madre? No, tu puedes, si se puede.

Comencé a subir la montaña poco a poco, al principio si fue un poco difícil y cansado, y ya una vez que le agarre la onda ya comenzaba a hacerlo con facilidad. Hasta que mire abajo y vi la altura, si, me quería morir.

Pero le seguí, una vez que llegue arriba me di casi una marometa y caí de espalda al suelo con la respiración agitada.

— Vaya enana rompiste tu récord

— ¿Tenía un récord? — pregunté con la respiración al mil

— Siempre llegamos cuando el sol ya había salido, ahora llegamos justo cuando esta saliendo.

Me levanté y pude ver el amanecer más bonito que habían visto mis ojos.

— bien a seguir entrenando

— ¿Qué?

— Vamos, hoy toca pelea a ciegas, ven aquí — se acercó con una venda negra para tapar me los ojos — No siempre tu sentido de la vista va a estar al 100%, necesitas entrenar el oído y el olfato.

Me tapo los ojos y solo escuchaba la voz de mi hermano.

— Concéntrate, escucha los pasos, el viento, todo a tu alrededor tiene un sonido y un olor.

Escuche solo sus pies en la tierra y me gire a mi lado derecho para sentir una patada en mi estómago.

— Oye eso es trampa — le dije

— ¿Piensas decirle eso a tu enemigo? Concéntrate Aiko. Va otra vez

Seguimos así por un buen rato y me llevaba buenos golpes hasta que con el paso de los minutos me fui adaptando.

Fue cuando detuve una patada con mis manos y pude golpearlo en la cara con mi pie.

— Vas mejorando enana.

— Aprendí del mejor

Y seguimos peleando, el con sus 5 sentidos y yo con solo dos.

— Quieto — hablé con mi mascarilla suelta y solo escuché el puf del clon de sobra