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Cuando menos lo esperamos, la vida nos coloca un desafío para probar nuestro coraje y voluntad de cambio; en ese momento, no tiene sentido fingir que no ha ocurrido nada o decir que aún no estamos preparados. El desafío no esperará. La vida no mira hacia atrás. Una semana es tiempo más que suficiente para decidir si aceptamos o no nuestro destino.
Valyria sabía lo que estaba sucediendo en ese momento, lo podía sentir y su instinto de dragón deseaba salir ferozmente de su interior para apoderarse de una vez por toda de su ser e ir hacía ese lugar donde percibía había sangre y destrucción junta.
Él estaba allí.
Ella dirigió una vez más su mirada hacía la ventana de su habitación, estaba intentando mantenerse tranquila para no ir a ese lugar y dejar su identidad al descubierto ante aquel misterioso hombre guapo que resulto siendo su compañero en la nueva escuela, aunque le esta constando porque es una sangre de dragón es su deber luchar hasta el final.
La albina se levanto de su cama, para de esta manera cambiarse la pijama por un atuendo "especial". El cual es, un vestido de varias capas por la que la primera capa interior lleva por nombre smokkr de lino y le llegaba hasta los tobillos. Sobre el smokkr se coloco un delantal de lana llamado hangerok y esta decorado con intrincados bordados y broches como símbolo de estatus y riqueza de su familia.
Ella se coloco su collar de Dovahkiin.
Valyria no hizo ningún ruido al salir por la ventana de la habitación para que sus padres no se alertarán y se dieran cuenta de que se escapó, además de que dejo todo apagado como si estuviera ya durmiendo, pero la realidad es otra complemente diferente.
Ella comenzó a correr hacía el bosque de Forks.
(...)
Ella sintió como su pecho subía y bajaba a causa del esfuerzo físico de haber corrido a toda velocidad entre los arboles de aquel gran bosque, mientras que en su interior percibía la llama interna de su dragón queriendo salir sin piedad como una necesidad de su espíritu guerrero ancestral.
