II. Vokul Feh Man

2.1K 256 10
                                    

————————
Capítulo dos
El mal caerá
————————

Los tonos grisáceo del cielo denotaba casi de manera especifica como la joven de cabello blancos se sentía en ese momento, sus ojos azules perdían aquel toque encantador y vibrante que siempre poseen, dejando ver la  tristeza que yace desde lo mas...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Los tonos grisáceo del cielo denotaba casi de manera especifica como la joven de cabello blancos se sentía en ese momento, sus ojos azules perdían aquel toque encantador y vibrante que siempre poseen, dejando ver la  tristeza que yace desde lo mas fondo de su corazón.

Ella había perdido a su abuela. 

Aquella que desde que nació estuvo allí más que sus propios padres, que aunque no los juzga porque andaban trabajando para darle esa vida digna que la chica llevaba en su país natal, pero  creció con la figura maternal de su abuela o "amma" como le dice en su idioma nativo. 

―Valyria...―sus oídos captaron perfectamente la voz dulce pero opaca de una mujer. 

Desde que ocurrió la tragedia hace dos días atrás ella mantuvo en secreto todo lo ocurrido en las runas de ese templo antiguo, porque a la final lo más importante era el hecho de que la mayor de los Haraldsen falleció "misteriosamente" de una ataque al corazón justo en el preciso momento en que la nueva Dovahkiin despertaba. 

No obstante, eso no fue lo más incógnito de la situación, sino la particular nota que Valyria encontró junto al cuerpo sentado de su abuela en una silla de la cocina tras haber fallecido. Sino ese apunte escrito en tinta ocre sobre la hoja amarilla como un papiro de la nota.

"Vokul feh man", esa simple frase estaba plasmada sobre el trozo de papel.

El mal caerá, ella lo sabía, no era idioma nórdico antiguo u otro, ella sabía que era el idioma dragón. 

―Hija...―le llamo una vez más aquella voz femenina. 

La albina desvió sus ojos azules que observaban perdidamente atrás del cristal de la ventana, no supo ni cuanto tiempo estuvo de pie allí mirando hacía la nada, dejando que sus pensamientos le atormentarán una vez más en el día. 

―Madre―habló la joven, volteando para poder ver de frente a su progenitora.

Detalló el rostro demacrado de la mujer, bajo sus zafiros opacos hinchados y un tanto rojos, un par de bolsas oscuras marcando la expresión demacrada por haber estado horas llorando. Tal vez no estaba mejor que la chica pero Valyria se había hecho la promesa de ser fuerte y menos perder el control porque esos repentinos poderes que comenzaba a surgir le estaban trayendo problemas.   

―Hemos estado hablando tu padre y yo―habló la mujer en un tono pausado.―Ya no te puedes quedar aquí, sin ella no puedes estar sola por eso vendrás con nosotros―argumentó con un vocablo tembloroso. 

La sangre de dragón no tuvo objeción sabía perfectamente que era verdad, ella no se podía quedar sola en ese país mientras que sus padres estaban en otro continente, aunque la idea de comenzar en cero le preocupaba más por el hecho que era muy mala haciendo amistades o relacionándose con los demás, prefería mil veces quedarse en su casa leyendo un buen libro que salir con amigos. 

𝐃𝐫𝐚𝐠𝐨𝐧 𝐁𝐥𝐨𝐨𝐝 ― 𝓔𝓶𝓶𝓮𝓽𝓽 𝓒𝓾𝓵𝓵𝓮𝓷Donde viven las historias. Descúbrelo ahora