—Ha sido un placer, Sr. Russo.
Estrecho la mano con confianza.
—Por favor —musita, dando un leve apretón.
Él me mira por unos segundos.
—El placer es mío, hija. La Constructora Wright nunca me ha decepcionado. Sé que mi futuro restaurante está en buenas manos.
Haber cerrado —nuevamente— un contrato con Russo aumentará la confianza de mi padre. Esto porqué ambos son compañeros de copa y festividades en Italia. Cruzarme con hombres de prestigio hará que surjan conversaciones positivas respecto a mi trabajo.
Aun así, a pesar de un ambiente laboral saludable, desvío la atención para ver por los pasillos mientras nos encontramos en la sala de juntas. Y la sorpresa es parte de mí cuando veo —gracias a las vidrieras— a Parker charlar con Laura.La ansiedad genera un nudo en el estómago.
—Envíale saludos. Me ha abandonado —reniega, refiriéndose a papá.
Mi boca se tuerce gracias a los nervios.
—Es una costumbre para él desaparecer de la vida de las personas —bromeo—. No lo tome personal.
Reímos.
—Me comunicaré con él cuanto antes.
No tengo la intención de ver más allá de lo que ocurre a mi alrededor. Pero inconscientemente me considero incapaz de apartar la mirada de mi mejor amiga y ese hombre.
Anteriormente, Frost llamó a mi oficina para comunicar que Parker no llegaría a término, por lo que se canceló la reunión. Por alguna razón, me sentí aliviada. Es decir, para mí su presencia es una carga abismal y no estoy acostumbrada a tratar con objetivos de la prensa y el mundo de los negocios.—Nos vemos.
Asiento. Y me quedo parada en el lugar sin moverme. De hecho, me giro y miro los papeles sobre la mesa para ignorar lo que está detrás de mí. Asimismo, junto los documentos para guardarlos y revisarlos a detalle en la oficina.
«Quiero un trago.»
Luego junto mis pertenencias con el objetivo de marcharme, pero choco con el pecho de la persona que no quería cruzarme. «No me gusta improvisar.» Está claro que la situación me disgusta y frunzo el ceño en el momento que lo veo a los ojos. Aunque la sonrisa arrogante de Parker me obliga a desviar la mirada.
—Sr. Parker —hablo primero—, ¿no había cancelado la reunión?
Me muestro radiante a pesar de que los papeles cayeron al suelo. Aunque Laura se apresura a juntarlos y me mira desconcertada. Supongo que su expresión se debe a que no suelo cuestionar a los clientes y mucho menos a sujetos como él.
Sin embargo, pienso justificar mi comportamiento, es inaceptable la improvisación en una empresa como La Constructora Wright. También lo es la falta de respeto de no comunicar con anticipación un cambio de planes.Arrugo el entrecejo.
—¿En qué puedo ayudarlo? —pregunto a secas. Entregando mis cosas a Laura.
A cambio, él enarca ambas cejas.
—Buenos días, Srta. Wright.
Una simple respuesta que provoca calor por mi falta de cortesía.
Luego pasa lentamente la lengua por el labio inferior y soy inconsciente al verlo ensimismada. Pero con rapidez desvío la mirada porque los ojos de Laura terminan por llamar mi atención.
Ella me advierte y realiza un ademán en razón de abandonar la sala, dejándome a solas con este hombre.—Buenos días, Sr. Parker —corrijo. Y mojo mis labios. —Pensé que habíamos reprogramado la reunión —digo con confusión—. Me tomó por sorpresa.

ESTÁS LEYENDO
Dulce Sueño ©
RomanceApareció otro hombre en mi vida. «¿Cómo es que llegamos a este punto?» Fue lo que pensé mientras lo veía ingresar con su clásico -y típico- traje de diseñador y un ramo de rosas a la ceremonia. Mi fiesta de compromiso. Tú realmente eres mi peor pesa...