Capítulo 33

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Durante todo el mes de vez en cuando Rivers había visitado a Sofi. Desgraciadamente cada vez que lo hacía Ari había salido con sus amigos o estaba en un entrenamiento de animadoras. Para Rivers era triste, ya que casi no hablaba con ella en la escuela. Sólo compartían miradas secretas y eso a la rubia no le era mucho. Aun, a veces, podía sentir los labios de la castaña sobre los suyos y comenzaba a saborear la piel tibia y dulce de los labios de Ari. La quería volver a besar. Lo único positivo era que ya se había hecho muy amiga de Ama y ni hablar de su pequeña novia dragón. Aún no se había encontrado con los padres de la castaña, pero esperaba no hacerlo tan pronto, ya que se sentiría nerviosa hablando con ellos mientras pensaba en su hija.

- ¿Mien, me escuchas? -preguntó Vicky junto a ella. Estaban en el patio de la escuela mirando como unos chicos de primero jugaban con un balón de fútbol.

- Sí -respondió un poco triste, no había visto en todo el día a Ari y eso le bajaba los ánimos.

- Pronto vendrá, descuida -dijo su amiga, más feliz de lo normal.

Rivers apremió a Nuvia que, a pesar de ser una idiota, había visto como ayer se había llevado a Vicky a las duchas. Duraron allí un rato y al volver su amiga había regresado con el cabello revuelto y las mejillas sonrojadas. Rivers la había estado molestando todo el día hasta tal punto de recibir una patada de Vicky para hacerla callar.

De lejos vio a Ari hablando con unas amigas y decidió que la necesidad de hablarle era muy alta. Se cubrió las manos en las mangas de su chamarra y fue hasta ella, excusándose con Vicky. No parecía muy triste, ya que apenas Rivers se fue una chica pelinegra llegó hasta ella y comenzó hablarle muy de cerca. Nuvia era una pilluela. Estaba a pocos pasos de la castaña cuando sintió como alguien chocaba su hombro.

- ¡Miren, es la rarita! -dijo Juan, animado, aunque no había nadie con él, y llevaba su chaqueta de fútbol.

- Juan, hoy no estoy de ánimos. He estado lejos de tu novia, así que déjame -intentó apartarse de él, cuando le rodeó los hombros con el brazo.

- ¿Pero no estabas yendo a verla ahorita mismo? -preguntó. Rivers no pudo responderle y, para sorpresa del chico, asintió.

- Iba a preguntarle si hoy Ama estaba en la casa, quería darle una sorpresa -se felicitó mentalmente por aquella gran excusa.

- ¡Wow, eres una novia atenta! -dijo con una sonrisa falsa y después la sujetó con más fuerza- Bueno, vamos los dos.

Fueron y Ari pareció sorprendida al ver a su novio rodeando el cuello de Sam con el brazo mientras la chica hacía una mueca. Se despidió de sus amigas y se acercó hasta ellos.

- ¿Qué hacen? -preguntó delicadamente, mirando directamente a Rivers, y esta negó con la cabeza.

- Amor, venía a verte -respondió Juan, intentando captar su atención ya que su novia miraba a Rivera.

Pronto los ojos chocolate se posaron en él y sonrió de forma seductora a la castaña.

- ¿Y qué haces aquí , Rivera? -preguntó y Juan decidió apretarla más en su agarre.

- Venía a preguntarte para hacerle una sorpresa a tu hermana ¿A que no es una novia atenta? -preguntó felizmente, pero no le agradó la mirada seria de su chica.

- Ah, ya veo -respondió Ari, fingiendo indiferencia, y al final Rivers se soltó de Juan.

- ¡Ya, suéltame! -replicó alejándose mientras frotaba su cuello. Juan se encogió de hombros.

- ¿Y tú? -preguntó la castaña a su novio, ignorando a Rivers, y esto a Juan le encantó.

- Solo te extrañaba mucho ¿No puedo ver a mi hermosa novia cuando quiera? -preguntó un poco posesivo mientras se acercaba y tomaba el rostro de Ari entre las manos- Eres muy sexy -dijo intencionadamente, mirando a Rivera con malicia.

Rivales // RivariDonde viven las historias. Descúbrelo ahora