EXTRA #3

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A Ari no le interesaba en lo más mínimo Juan Guarnizo, era atractivo, pero nada más. No parecía pensar en otra cosa que en él mismo, seguramente su cerebro era del tamaño de una nuez, considerando que reprobó informática. ¡¿Qué clase de idiota suspende informática?! Pero allí estaban, otra vez, frente al casillero de la castaña con el muchacho rogándole por salir a tomar un café ¿Enserio? ¿Un café? ¿No pudo pensar en algo más original? Además, el corte de pelo que llevaba le hacía parecer un pincho, sin ánimo de ofender.

- ¡Vamos, Ari! -la castaña guardaba sus libros dándole la espalda, razón por la cual el chico no pudo verla rodando los ojos- No te resistas, sal conmigo ¿Sabes cuántas chicas se mueren por esta oportunidad? -peinaba su cabello con sus manos y sonreía de forma burlona, pero irritante.

Le recordó a la sonrisa divertida que casi siempre mostraba Samantha, la castaña sacudió la cabeza. Claro que no, la sonrisa de Sam era miles de veces más encantadora y le hacía sentir piruetas extrañas en el estómago. Un tema que, desde hace unos meses, llevaba preocupando a Ari como también molestándole. Era un fastidio, no podía estar en la misma habitación que la rubia sin sentirse insegura y nerviosa. ¡Así no era ella! ¡Ari Garza no actuaba así y menos por una chica! Samantha era tan... ¡Ahg! Ni siquiera quería pensar en ella las veinticuatro horas del día ¡No caería tan bajo! Volvió a ver al chico, frunciendo el ceño al verlo pero, aún así, sonriendo ya que eran amigos, y por mucho que la irritara, debía tratarlo bien.

- No, Juan. Ya te dije, no quiero salir con personas del grupo -sonrío coqueta antes de colgarse la mochila al hombro. Juan se acercó a ella, queriendo acorralarla contra los casilleros, pero la castaña colocó una mano en su pecho alejándolo.

- Ari, te aseguro que conmigo vas a pasarlo de maravilla -afirmó con ojos seductores y relamiéndose los labios, Ari torció la boca pensándolo- Es una tontería que digas eso, no importa si soy del grupo o no, eres muy linda y quiero llevarte a salir ¿No entiendes?

Ari se le quedó mirando, pensando seriamente si aceptar o no. Su mamá le había dicho que a esta edad empezaría las citas con los chicos, todo el rollo de lo novios y esas cosas. No estaría mal ¿Verdad? Juan era guapo, de buena familia, popular y seguramente el próximo año se uniría al equipo de la escuela. Era un buen partido. Además le había dicho que era linda, Ari sonrió aunque de todas formas pensaba negarse. Esperaría unos años más, aún no estaba interesada en el romance en su vida.

- Mira, Juan quiero aclarar que... -comenzó a hablar intentando no apartarlo, con su dedo empezó a trazar la mandíbula del chico que sonreía idiotizado, pero se interrumpió al escuchar risas.

Los dos voltearon, en el pasillo estaba el grupo de Samantha y sus amigas. Ari las miraba, intentado entender qué era lo gracioso y quedando desconcertada por pensar en lo linda que se veía la rubia con las mejillas sonrojadas y los ojos cerrados mientras se carcajeaba.

- ¡Pero, Rivers! No puedes, tu mamá no va a estar de acuerdo -el alto, Ari recordaba que se llamaba Osvaldo, le dio un empujón en el hombro.

- Ari -el insistente chico intentó hablar, pero Ari lo calló colocando un dedo en sus labios, quería escuchar.

- Shh -siseó. Samantha sacudió la cabeza, negando, antes de echarse el cabello hacia atrás mirando fijamente a sus amigos con esa fantástica sonrisa. Ari suspiró suavemente, como si hubiera estado reteniendo el aire, tanto que Juan no pudo escucharla y eso que estaban muy cerca.

- Descuiden, chicos. Ella cree que vamos a hacer un trabajo de Arte -alzó un dedo inteligentemente. (De hecho)

- Rivers... -Vicky reía cubriendo sus labios con una mano, mirando a la rubia divertida- Tú no estás en nuestra clase de arte.

Rivales // RivariDonde viven las historias. Descúbrelo ahora