Comida rica

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—Mira si queri te puedo venir a buscar en las mañanas, a veces me quedo dormido eso sí—. Dijo mientras se rascaba la nuca.

—Buena, sería bacán que lo hicieras—. Acepté su propuesta. —Ahora tengo que llegar a mi casa a prepararme el almuerzo porque mi mamá está en la pega—. Me quejé en voz alta, con cuea se hacer un huevo.

—¿Viven las dos no más?—. Preguntó Nishinoya. —Sí, mi papá se fue a comprar cigarros—. Levanté mis hombros. —Pero a veces viene mi abuela a quedarse a la casa—. Añadí, la vieja esa cuando se aburre nos viene a wear a nosotros.

—Mis papás igual trabajan caleta, ahora no hay nadie en mi casa, también tengo que llegar a prepararme un maruchan—. Dijo riendo.

—Puta que son ricas esas weas, pero hacen como el hoyo—. Comenté y se me ocurrió una idea. —Ven a almorzar a mi casa, podemos dejar la cagá en la cocina juntos—. Ofrecí. Ya, es el primer día que lo conozco, pero en teoría ya lo conocía así que no es tan terrible.

Los ojitos del Noya se abrieron y asintió con una sonrisa en la cara.

—¿Tienes mascota?—. Me preguntó de la nada.

—No, pero me encantan los perros y siempre he querido tener uno, pero no sé ha dado—. Expliqué. —A mi también me encantan los perros, en volá algún día tenemos uno—.

¿Tenemos? Cómo agarró tanto vuelo, pero no me quejo, la verdad.

—¿Te van a retar mucho por la suspensión?—. Pregunté, igual me siento medio culpable de que se haya metido en la pelea, pero la culpa aquí es del weon ese.

—Yo creo que no, sí es por defender a alguien mi familia va a cachar que actúe bien, pero no les va a gustar lo de los golpes.

—Fue bacán sí, nunca me había agarrado a pelear con alguien—. Admití entre risas. —Cuando la mordiste fue lo mejor—. Río el Noya más fuerte.

No me di cuenta en qué momento llegamos a mi casa, paramos de caminar y yo abrí la puerta dejando pasar al Noya primero.

—Permi—. Dijo mientras entraba. Mi casa es bonita, tiene dos pisos, es mediana, tiene un patio piola y mi pieza tiene un balconcito pequeño.

—Deja tu mochila donde querai—. Dije sacándome la mía y tirándola a la chucha, el Noya me imitó y tiró la suya. Caminé con el chico detrás hasta la cocina donde nos lavamos las manos.
Me hice una cola de caballo y abrí el refri para sacar el jugo en polvo que lleva reposado como dos días ahí pero se toma igual.

—¿Te tinca hacer fideos con atún?—. Pregunte, puta que rico sus fideos con atún. Nishinoya me respondió con un "Dale" así que fui a sacar los fideos y un tarro de atún de la despensa.

—¿Sabes hacer fideos?—. Nishinoya dudó y yo asentí.

—Master chef, vamos por ti.

—Ya, pon los fideos en la olla—. Le indiqué a Noya quién hizo lo solicitado, vertí el agua hirviendo y agregué sal.

—¿No podí ponerle como perejil o cilantro?—. Preguntó poniendo su cabeza ladeada. —¿Para qué?—. Respondí confundida.

—No sé pa'que se vea gourmet.

Nos reímos del comentario culiao weon y empecé a revolver los fideos con una cucharita de palo. Nishinoya me miraba mientras tomaba agüita.

—¿Querí una foto?—. Lo webeé.

—Bueno.

—Nishinoya era webeo.

—Ah chucha.

Me di vuelta para sacar los platos mientras los fideos se cocinan. —¿Noya podí poner la mesa?—. Pedí y con el dedo le indiqué de donde sacar las cosas. El Yuu lo hizo mientras yo terminaba de revolver los fideitos.

Weon Hinata Weon (Suga's version)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora