Capítulo 8

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Descargo de responsabilidades. La historia de Black Clover y sus personajes pertenecen al autor/mangaka Yūki Tabata. Esto solo es un fanfiction que hace uso de su obra.

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Paisaje mental de Asta

Oscuridad, eso es lo que había en ese lugar. Un lugar inhóspito y frío. Solo una luz adornaba el lugar. Nuestro protagonista estaba en el piso, sentado mientras abrazaba sus piernas y metió su cabeza en ellas, reflexionando sobre los hechos.

Gage había muerto.

No pudo salvarlo y la culpa lo abrumaba. No obstante una voz se unió.

¡Ge-Ge-Ge-Ge! Parece que tuviste un día de mierda, mocoso. Esos caballeros mágicos decidieron abandonarlos —pronunció una voz siniestra y oscura como el lugar. Asta ya sabía de quién se trataba está vez.

¡Cállate y déjame en paz! No estoy de humor para charlas —expresó en voz baja el chico cenizo. No quería que el diablo lo molestará.

Tus palabras me duelen chico ¡Ge-Ge-Ge-Ge! ¿Acaso no soy bienvenido? —formuló sarcásticamente.

No queriendo que la conversación se alargará y él se burlará más, quiso acabar con esto.

—Mira estúpido diablo, ya tuve suficiente con lo que ocurrió. Por mi debilidad no pude proteger a Gage-san. Si no tienes nada importante que decir, lárgate de aquí. Quiero estar solo sin que un ente demoníaco se burle de mi desgracia —ordenó Asta con una voz hueca.

Ignorando su petición, aprovechó la vulnerabilidad del mocoso.

Ahí es donde te equivocas, enano. Sí tengo algo que decirte. Como verás, tu debilidad es algo de lo que hablar. Sin mi poder no serías nada, aunque te duela aceptarlo. Tendrás músculos y fuerza, pero no sirven de nada si no sabes canalizarlos correctamente. Yo te advertí que tu propia raza era muy cruel a quienes consideran inferiores y que tu mundo de fantasía sería imposible —detuvo su plática para que el cenizo entendiera su punto.

Asta solo se quedó callado, así que tomó ese silencio para seguir.

Hoy acabas de experimentar que la realidad es más dura de lo que imaginas. Por ello necesito que seas fuerte, no quiero que mi huésped sea débil. Así que deja de llorar que eso no traerá de vuelta a ese hombre. Llorar no sirve de nada, no importa cuánto te duela, el mundo no cumplirá tus caprichos —afirmó el diablo.

El usuario de la antimagia solo siguió escuchando.

¿Y qué propones? No creo que vengas a reunirte conmigo para darme motivación y darme abrazos y besos en la frente. Supongo que si yo muero, tú te ves perjudicado. Así que habla y lo consideraré —comunicó el joven ojiverde.

El diablo solo bufó, pero dio a conocer su punto principal.

Estás en lo correcto. Empezaremos con lo esencial, como verás, soy un demonio, aún no podrás acceder a mi poder e incluso si lo hicieras, perderás el control. Eso solo va a ocasionar tu muerte prematura. Por ello voy a darte las bases. En primera, esa espada tuya no es la única en tu grimorio, hay otras dos —dijo el ente maligno.

¿De verdad? —cuestionó Asta, esto le llamó la atención.

Sí, además cada uno cuenta con un nombre. Si llamas por sus alías, responderán a tu llamado ¡Ge-Ge-Ge-Ge! —expresó el demonio con una mirada y sonrisa malvada.

DesesperaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora