Capítulo 9

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Descargo de responsabilidades. La historia de Black Clover y sus personajes pertenecen al autor/mangaka Yūki Tabata. Esto solo es un fanfiction que hace uso de su obra.

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Pueblo de Hage, Región Olvidada

Afuera de la iglesia se encontraba nuestro protagonista, rascándose la nuca con una sonrisa. Había dejado su mochila abajo para descansar. No obstante, a pesar de que su cuerpo descansaba, estaba rígido y tenso, estando alerta para cualquier rechazo, después de todo, frente a él estaba una persona muy importante en su vida.

—Asta —pronunció la monja.

—Hola hermana Lily, ya regresé —expresó el anti-mago, nervioso por dentro.

Se produjo un silencio, el sonido del viento y los grillos solo se escuchaban.

—Mira, yo sé q... —el adolescente ojiverde fue interrumpido por el abrazo de la mujer.

—¡¡¡Asta!!! ¡Me alegra de que estes bien! Tardaste mucho en venir después que Yuno nos avisara de tu regreso. Pensábamos que no regresarías. Lo siento mucho por lo que ocurrió en los exámenes, pero sabes que con nosotros siempre te recibiremos con los brazos abiertos en las buenas, en las malas y en las peores. Me tenías preocupada, tonto —gritó eufórica mientras rodeaba con sus brazos fuertemente el cuerpo del chico a quién vio crecer y le tenía un gran cariño, también sintió que sus ojos, especialmente sus lagrimales, le picaban por las lágrimas que fluían libremente de sus ojos.

—Hermana Lily —dijo el cenizo en voz baja, conmovido por su actuar, sus peores pesadillas que había especulado se habían derrumbado, pues ella estaba feliz.

—Gracias por las palabras —declaró con felicidad y tranquilidad el joven peligrisáceo mientras le devolvía el abrazo con ternura y delicadeza, como si en sus brazos tuviera la más fina joya y valiosa de los cuatro reinos.

No obstante, más personas se le unieron al momento.

—¿Qué pasa hermana? ¿Por qué tard... —el padre Orsi no terminó de cuestionar a la mujer del clero debido a que vio la causa.

—Hola Oji-san, nos volvemos a ver nuevamente —expresó Asta mientras se retiraba con cuidado del abrazo de la mujer que amaba para dirigirse al hombre que lo crio desde bebe.

—A-A-As-Asta —tartamudeaba el hombre mayor mientras estaba estático.

—Supongo que no v... —sus palabras fueron cortadas debido a que el padre Orsi estuvo delante de él en un parpadeo mientras lo estrujaba con sus brazos. Notó que estaba llorando.

—¡Mi pequeño Asta, me alegro que hayas vuelto! No quiero que me malentiendas, estoy enterado por lo que pasaste en la pruebas de las órdenes gracias a Yuno. No obstante, me siento afligido por haberte deseado fallar anteriormente, fui un tonto en vez de apoyarte como cualquier padre lo haría por su hijo. No era mi intención, pero no hay excusas, solo espero que me perdones con el tiempo. Sin embargo, estoy feliz de que estés aquí sano y salvo —gritó el Padre mientras lloraba.

Si bien Orsi lloraba regularmente, la mayoría de las veces por la emoción, está vez no era diferente; fueron lagrimas de dolor, arrepentimiento y felicidad.

Asta iba a responder hasta que los niños del orfanato liderados por Recca y Nash salieron.

—Asta-kun, regresaste. Siento que no pasarás el examen como Yuno. Pero mira el lado positivo, podrás quedarte con nosotros, entrenar e intentar de nuevo —declaró Recca inocentemente y feliz de ver al cenizo, es cierto que apreciaba más a Yuno, pero también Asta era su hermano.

DesesperaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora