Bolillos en el Morrisons

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La situación con Crowley era un poco diferente a la situación con Aziraphale.

Crowley era la clase de persona que podía tener 500 personalidades diferentes con 500 personas diferentes. ¿Por qué? Resultaba más fácil encajar con todos a su alrededor. Probablemente si fuera el mismo no le caería bien a muchas personas. O al menos, eso creía él. Pero la realidad era que aquellas personas que lo conocían como realmente era pensaban todo lo contrario.

Cuando Crowley tenía 9 años, sufrió su "primer trauma" o, mejor dicho, fue el momento en el que se dio cuenta de que no todo era miel sobre hojuelas y que todo aquello que alguna vez sus papás le habían dicho, no era del todo de esa manera. El mundo de afuera era cruel, nada comparado a lo que había conocido, pero como acción de supervivencia, lo había hecho o, como diría Darwin: Uno tiene que adaptarse para sobrevivir.

Estaba en quinto grado de primaria. Crowley era un gran fan de Doctor Who. Le gustaba porque de alguna manera esa serie le daba el sentido de aventura a su vida, alimentaba su imaginación con cada capítulo y ni hablar de todos los consejos que de ahí salían. Pero aparte, los capítulos tristes o los finales de temporada le servían para llorar con un motivo que los respaldara y así, no tenía que dar ninguna explicación a todos aquellos que se atrevieran a preguntarle qué si le pasaba algo.

Un día, mientras veía Doctor Who decidió que quería cortarse el cabello. Quería un estilo propio, como si él fuera un nuevo doctor, nunca nada antes visto. Y lo hizo. Se cortó el cabello. Y ¡vavoom!, de un momento para otro lucía un peinado diferente que lo hacía ver de la misma manera.

El look no era nada del otro mundo, pero definitivamente se sentía y se veía genial...

Los niños de su escuela y su padre no pensaron de la misma manera.

Y así, empezó la lista de inseguridades de Crowley

1. Cabello / Peinado

2. –

Su familia siempre lo crío en un ambiente "sano" entre comillas. La cosa era que en realidad los padres de Crowley estaban separados. Su mamá solía pelearse con su papá por las vacaciones al contar cuantos días le tocaba a cada uno. Solían dejarlo en medio de todo y Crowley no sabía a donde ir ni con quien estar, incluso en quién confiar. Al paso de los años, llegó a ser la clase persona que era hoy en día y de la cual, se sentía sumamente orgulloso.

Crowley tenía una hermana: Shax. Ella era menor que él por 4 años. Y Crowley siempre la consideró una persona de apoyo para cualquier cosa que él quisiera contar, platicar, decidir, etc. Estuvo con él en los momentos y en las crisis más fuertes de toda su vida. Lo impulsó para que terminara la carrera de maestro. Él estuvo para ella cuando su esposo la dejó y se quedó sola con su hija Beelz. Ella estuvo en su graduación. Él estuvo en los primeros pasos de su hija. Ella estuvo cuando Crowley le anunció que sería padre, cuando tuvo sus hijos, cuando su esposa se fue, cuando decidió que lo mejor era seguir adelante, cuando llegó a un nuevo pueblo; en conclusión, Shax siempre estuvo para Crowley y Crowley siempre estuvo para Shax.

Actualmente, Anthony se hacía responsable de sus dos hijos: Adán y Warlock y, aparte, cuidaba de su sobrinita Beelz, que también asistía a la misma escuela.

Si Anthony J. Crowley hiciera una lista sobre sus inseguridades hasta unos años atrás, la lista sería sumamente larga, por ejemplo:

1. Cabello / Peinado

2. Personalidad muy llamativa

3. Habla mucho

4. Camina raro

Until We're readyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora