Introducción

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                    EL INCIDENTE

—¿Creen que esta bien así?

—Claro, si te le vas a declarar a la reina Isabell —bromee.

—Cállate Wendy, tiene que ser perfecto pero si no ayudas sera peor.

—Bueno no es mí culpa que nos tengas asiendo tu estúpida declaración de amor a esa chica—le lance mí lata de pintura pero logro atraparla al instante.

Mí hermano mayor Freddy tiene pensado declararse a la chica que le gusta hace bastante tiempo, y nos tiene a mis amigos y a mí novio haciendo su maldito cartel.

Simplemente no entendí porque no lo hace él, pero según sus palabras nosotros tenemos más experiencia con las letras solo por hacer murales callejeros todo el tiempo.

No es la mejor excusa que puso para dejarnos todo el trabajo, y que él solo llame a la chica mientras le hace un maldito ramo de tulipanes.

Detesto el amor.

Bueno lo detestamos pero tengo un novio. No hay mucha lógica por ahí.

Y hablando de Adam, mí novio, no la esta pasando muy bien que digamos. A él no le gusta para nada pintar o hacer este tipo de cosas que hacemos con mis amigos.

Lo que me deja algo mal, ni se porque mí hermano lo invito entonces. Y lo peor es que a Freddy no le cae para nada bien Adam. A si que no entiendo para nada porque le pidió venir.

Yo creo que para molestarlo.

Bueno es una buena excusa para dejar a Adam bien enojado, ya que detesta mucho dibujar y todo eso. Pero no puedo decirle nada si no quiero que se enoje.

Note que él estaba sentado en uno de los barandales del Skatepark mirando su celular muy aburrido. Ni volteaba a verme, pero mejor no molestarlo. Y un milagro que nadie esté con su skate por ese lugar.

Los rayos del sol dejaban ver su pelo pelirrojo algo despeinado junto a sus ojos azules que brillaban mas con los rayos. Sobre su piel blanca se podían notar algunos lunares escondidos en sus brazos.

Volví a concentrarme cuando una mano golpeo mi cabeza asiendo que me duela un poco. Apenas me di vuelta note que Peter y Jenn me miraban disgustados.

Mi mejor amiga Jenn tiene el pelo castaño tirando a rubio con casi el mismo corte que el mio, mas arriba de los hombros y que era lacio. Sus ojos azules se distinguían más que su piel blanca y sus labios rosados e hinchados.

Siempre le tuve envidia con lo flaca que era. Era el punto entre cuerpo flaco sin pasarse.

Y mi mejor amigo Peter era lo opuesto a nosotras. Tenia la piel mas oscura con sus ojos marrones y su pelo marrón casi negro era un desastre de rulos mal hechos. Pero no le impedía tener siempre mejor pelo que nosotras.

En cambio yo tenia el pelo corto pero un poco mas largo que el de Jenn, color marrón y algo esponjado por mis ondas. Mi piel ligeramente blanca con ojos azules. De todos yo era la mas alta por solo pocos centímetros.

Pero había algo que tenia que no me gustaba mucho que digamos, mis estúpidos muslos y la maldita cadera. Eran algo grandes, por lo que me daban mucho odio.

A mis amigos les gustan y según a Jenn le encantaría tener esos muslos. Pero para mi eran una maldita pesadilla. Y no hablemos de mi cintura, era bastante grande y la detestaba con todo mi ser.

Volví a mi realidad cuando recordé a los chicos, quienes me seguían viendo indignados.

—Seria mejor que dejes de ver a tu novio y nos ayudes con la tontería de tu hermano—Peter me lanzo una lata de pintura negra mientras me veía con los brazos en modo de jarrón.

Un graffiti distintoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora