"Nunca tuve un diario. Me causa tristeza saber que este es el primero, pero, también el último"
Nishimura Riki, un chico de 19 años, vive una de las pérdidas más grandes que puede vivir una persona, la de su gran amor. Su única salida es acabar con...
Recuerdo un día, justo después de que Min me llamó la atención por hacer llorar a Sunoo. Fui a comprar chocolates y una rosa, no sabía mucho que le gustaba así que reze para que se sintiera feliz.
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--Min, no le va a gustar... Además me debe odiar --me mordí el labio inferior moviendo mi pierna ansioso.
--Ay Riki, callate y dáselo, si le va a gustar y no te odia --me tomó de los hombros y empujó para entrar.
La campanita que daba aviso a que alguien llegaba sono arriba de mi cabeza.
--Bienvenido --dijo feliz y con una gran sonrisa que se desvaneció al segundo de hacer contacto visual--. Oh Riki, disculpa --hizo una reverencia rápida y se fue casi corriendo a la bodega.
--¿Ves? Me odia --le dije a Min suspirando--. Si fuera él me odiaría
--No te odia, anda a buscarlo, yo estaré aquí --habló despreocupado dejando sus cosas.
Me limité a asentir y fui en busca de él. Estaba nervioso, ni siquiera me di cuenta cuando comencé a temblar. Busqué a Sunoo por todas partes y cuando me iba a rendir escuche su risa detrás de una de las puertas que nos tenían prohibido entrar, dudando entre despacio y ahí lo vi, se estaba riendo de un video, ver su sonrisa me hizo sonreír a mi.
--Sunoo... --dije despacio haciendo que él diera un pequeño brinco en su lugar.
Me miró curioso pero ya no sonreía como antes, sus ojos ya no brillaban.
--¿Necesitas algo? --habló suavemente tratando de que sonara seco, sonó así pero su voz no lo ayudaba mucho.
--Yo... --mire a otro lado nervioso--. Yo te quería pedir disculpas por como te trate ayer, tuve una mala actitud contigo cuando tu solo me tratabas de ayudar, de verdad... perdón --lo mire a los ojos esperando a que me perdonara--. Yo... te traje esto --saque los chocolates y la rosa, apenas los vio sus ojos se iluminaron, se lo extendí sin pensarlo dos veces--. No se si te gustan...
--¡Son perfectos! --tomo las cosas emocionado y me abrazo pero se alejó rápido--. Perdón, se que no te gustan los abrazos --dijo sonriendo--. Te perdono Riki... --me quedé mirándolo hipnotizado en cada uno de sus movimientos y sin darme cuenta me comencé a sonrojar--. Oh Riki, ¿estás bien? --dejó las cosas a un lado y puso sus manos en mi cara--. Estas muy rojo... --me miró preocupado.
--¡Si! Estoy bien, tranquilo --hable rápido y me aleje--. Seungmin me está esperando --hice una reverencia y me fui casi corriendo, sentía que en cualquier momento se me saldría él corazón.
--¿Cómo te fu... --apenas me miró se largó a reír a carcajadas--. Pero ¿qué te pasó? --me miró entretenido.
--Callate --dije sacándome él poleron tratando de que se me fuera él sonrojo--. Trabaja tu con Sunoo, hoy trabajaré afuera --sin decir nada más salí escuchando como Seungmin se reía de mi.
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Aquella fue la primera vez que Sunoo me hizo sentir cosas, no quería sentirme así con él pero con el tiempo fue inevitable y ahora estoy contándote nuestra historia antes de que finalice para siempre.
