"Nunca tuve un diario. Me causa tristeza saber que este es el primero, pero, también el último"
Nishimura Riki, un chico de 19 años, vive una de las pérdidas más grandes que puede vivir una persona, la de su gran amor. Su única salida es acabar con...
Recuerdo que a los dos meses del funeral de Sunoo donde solo se presentó Yewon y un amigo el cual nunca conocí o mencionó, fui a mi antigüo hogar; la casa de huéspedes.
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Toque la puerta nervioso, no había regresado desde hace un año o más, la última vez que visite mi antigua casa no vi a Hee y según Seungmin, cuando me fui se molesto por dejarlos prácticamente botados. Llevaba dos años en aquella casa, irme de la nada fue una decepción para la mayoría pero más para Hee quien era como un padre para mi, en realidad lo era para todos los que vivíamos bajo ese techo.
Pasaron alrededor de cinco minutos cuando sentí como abrían la puerta a mis espaldas. Me gire y ahí estaba Hee, su cabello ya no era azul sino verde oscuro, ahora tenía sus dos orejas perforadas y en la esquina del labio tenía un piercing negro.
--Heeseung hyung --lo mire a los ojos sintiendo como el nudo tan desagradable en mi garganta se comenzaba a atar--. Heeseung yo… --mi respiración se cortaba y no me dejaba hablar bien.
--¿Qué haces aquí? --me miró un poco molesto pero sentí preocupación en su voz.
--Yo quería verte… es que hyung --comencé a llorar, sin pensar me lance a él y lo abracé sintiendo más lágrimas salir de mis ojos y como mi garganta comenzaba a quemar--. Sunoo…
--¿Qué te pasó? --comenzó a sobar mi espalda--. ¿Sucedió algo con Sunoo?, ¿Terminaron?
--No sabes hyung… todo… --tome aire apoyando mi cabeza en su pecho--. todo lo que me gustaría… estar llorando porque terminamos… --me aferre más a él haciendo que su agarre sea más firme--. Sun… --me aleje un poco y lo mire--. Sun está muerto… el… --mi garganta ardía más--. El murió en el accidente… de metro… en Daegu hyung… --al decir lo último sentí como si me ahorcaran y pegaran con un bate en el pecho. Caí al suelo sobandomelo, no podía respirar--. Hyung… no respiro --tire un poco del pantalón de Hee asustado.
--Riki… Dios mio --se agacho frente a mi y logre ver de reojo como algunas lágrimas salían de sus ojos, apenas llego a mi altura me saco el poleron dejando mis brazos al aire--. Riki, levantalos y muévelos de arriba a abajo, vamos --hablaba suavemente tratando de tranquilizarme--. Respira conmigo --cada vez me sentía más sofocado, era como si estuviera encerrado en una pequeña caja de cartón sin ningún orificio, estaba atrapado.
--Hee… yo no puedo… --hice caso en mover mis brazos.
--Si puedes Riki, vamos… --aunque me estaba hablando tranquilo veía la preocupación y desesperación en su cara--. Uno… --habló bajo inhalando--. Retenlo por cinco segundos --le hice caso y al pasar los cinco segundos ambos botamos el aire--. De nuevo, dos --volvió a repetir la acción anterior y así estuvimos hasta que sentí mi garganta fría por el aire que entraba--. Riki, ¿paso? --me miró preocupado y yo asenti. Con cuidado me volvió a abrazar y yo correspondi apoyando mi frente en su hombro--. Lo lamento tanto pequeño, de verdad lo lamento --sentí como su voz se quebraba--. ¿Vas a pasar? Jeongin justo salió a comprar cupcakes --me sonrió débilmente y yo asentí, nos levantamos y me hizo pasar a lo que en algún momento fue mi hogar.
