7 Be my Valentine

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5 Comunicación: En realidad, todo debería comenzar con esto ^u^ Entenderse debe ser fácil, fluir, ser bilateral (o sea que ambos lo hagan). Un corazón abierto es la forma más fácil para que entre el amor. 

Muchas gracias por haberme acompañado en este maratón UwU. Lles deseo todas las bendiciones de cupido, ¡FELIZ SAN VALENTÍN! 💘🍫💌

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¿Habría exagerado? Lo más probable era que sí. Meliodas estaba reclinado sobre su escritorio, aburrido en las horas de la tarde, y su depresión volvió a cubrirlo como una manta pesada mientras pensaba en la persona que lo tenía sufriendo. ¿Por qué Elizabeth había hecho eso? ¿Por qué él hizo eso? A esas alturas, ya no importaba. Lo hecho, hecho estaba. Se le había confesado, lo había arruinado y, para rematar, en un ataque de ira bloqueó su número. No podía culpar de su situación a nadie más que a sí mismo, y ahora, solo le quedaba esperar a la noche para tomarse sus pastillas y tratar de dormir.

Para rematar, había vuelto la época del año que más odiaba. Era febrero, más específicamente la semana de San Valentín, y lo único que quería era aliviar sus penas con hamburguesas y alcohol, aunque lo segundo no se llevara muy bien con su medicación. Había vuelto a las mismas que el año pasado, solo que peor. Por lo menos en esta ocasión ninguno de sus amigos parecía muy dispuesto a invitarlo a eventos. Se los agradeció en silencio y después pensó que, irónicamente, querer ir con ellos fue lo que lo puso en esa situación.

«¿A quién engaño? No fue solo por eso. Quería amar, y lo hice. Y eso me destrozó», pero aquello no era lo peor. Lo peor era que sabía que incluso pudiendo volver el tiempo atrás, incluso si pudiera borrar alguna de las cosas que hizo o dijo, habría elegido hacer todo de nuevo. Soltó un suspiro largo mientras cerraba los ojos, y como cada vez que la recordaba, sonrió.

Elizabeth era una persona extraña y asombrosa. Preciosa pero desgarbada, valiente pero cobarde, ruda pero adorable. Se habría enamorado una y otra vez, de una u otra forma, en cada vez que la conociera sin importar la manera. Se había enamorado de su tristeza, de su historia, pero también de su alegría, ferocidad y todas las cosas hermosas que sabía que guardaba en su interior. Aquel San Valentín la conoció desconsolada y furiosa, y la misma noche, como el fénix, renació de las cenizas para tomar lo que era suyo y superar la decepción.

No fueron las piñas coladas, sino sus lágrimas las que terminaron por derribar sus defensas aquel día en la playa. ¡Cómo fue difícil para él fingir que no le había robado el corazón! Luego, nada, y así estaba bien. No debía enamorarse, sabía el fiasco que se venía después de intentarlo, y no valía la pena. Igual la llamó apenas se presentó la oportunidad en pascua, y fue como si la primavera recién hubiera llegado con ella. Había disfrutado bastante de su libertad y de los meses sin presión social, eso era cierto. Pero también le había quedado claro algo: disfrutaba mucho más estar con ella. Y cuando le llegó la invitación a su cumpleaños, simplemente no pudo resistir la tentación de volver a caer.

«Podría haberlo jurado», se dijo mientras miraba a los tonos rosas del atardecer por la ventana de la oficina. «Me lo decía mi piel, podía sentir cómo ella también se enamoraba. Al menos le gustaba, pero... supongo que no fue suficiente». La exquisita sensación de estar en su interior mientras ella le sonreía lo golpeó generándole un bochorno, y se removió incómodo en su silla tratando de apagar ese fuego mientras recordaba más cosas de lo que vivieron juntos.

No se había acordado de su cumpleaños. Claro, era lógico, no es como si hubieran sido algo más en ese momento. Solo socios. Solo amigos. Luego fueron al estadio a ese partido, y por primera vez desde que lo había perdido todo, sintió que su alma conectaba con otra persona. Ese touchdown. Sus lágrimas de emoción le dijeron quién era, verla tan conmovida le dio la certeza de que eran iguales cuando se trataba de amor. Sabían que dolía. Sabían que te destrozaba. Sabían que te molía como ser tacleado por un equipo de football en pleno. Y aún así, valía la pena.

Amor de Calendario - Especial de San Valentín 2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora