Epílogo

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Ahhhh [suspiro de satisfacción] 7u7 Sip, un trabajo bien hecho. La diosa estará muy feliz con este cupido, ¡y espero que ustedes también hayan quedado satisfechos! ^u^ ¡Muchas gracias por haberme acompañado de nuevo en este especial de San Valentín! Solo un detalle antes de irnos, me gustaría comentarles lo que tengo planeado para después.

Primero, les confieso que ando molidísima. La uni y el especial me dejaron hecha una papilla rosa, así que me tomaré un descanso de mis publicaciones este sábado 18 para volver fresca a seguir escribiendo mis historias regulares. Sin embargo, no crean que los dejaré solitos *u* 

Me apuré para poder traerles un pequeño obsequio por los 800 cocoamigos, como ya les había mencionado, ¡el regreso de mi obra de one-shots! Ese día subiré los primeros tres dedicados a algunas amigas especiales, espero lo disfruten, y les ayude a cerrar con broche de oro nuestro mes del amor. Y ahora sí, vamos al epílogo. 

Les mando un beso, una brazo, la bendición de cupido y, si la diosa lo quiere, nos vemos pronto para más. 

***

Besarse no era suficiente. Tocarse no era suficiente. Lo que querían era meterse debajo de la piel del otro y alcanzar lo más profundo del alma. Cuando llegaron a su departamento, la puerta se abrió azotándose con un tintineo de llaves mientras trataban de arrancarle al otro la ropa, pero temblaban tanto que apenas atinaban a hacerlo. San Valentín les estaba dando con todo, y ya nada volvería a ser igual.

—Te amo —gimió en su boca mientras él le mordisqueaba el labio—. Te amo —Se aferró a sus hombros para luego arrancarle la camiseta—. ¡Meliodas, te amo!

—Sí, creo que sí —Ella no sabía si sus lágrimas eran por tanto reír o llorar, pero igual se las bebió mientras sentía como él le metía las manos por debajo de los jeans—. También te amo, Ellie. —Los deslizó con cuidado acariciando sus piernas por el camino y, de rodillas ante ella, se puso a besar su vientre de un lado al otro haciéndola convulsionar de placer. Pero no, aún no era tiempo de dejarse llevar. Debía asegurarse de que la había comprendido, y repetir lo que sentía con toda honestidad.

—Lo siento. ¡Lamento mucho haberte lastimado!

—Eso ya no importa —sonrió. Lo decía en serio. El corazón que le dolía solo un día antes estaba sanando con cada una de sus palabras, gemidos y suspiros, y latía con fuerza, haciendo correr nueva vida por sus venas y llenándolas con una emoción que no había sentido en mucho tiempo.

—Voy a compensarte —jadeó viendo cómo liberaba sus pies y lamía su empeine con sensualidad—. ¡Prometo demostrarte todo lo que siento por tí!

—Ya lo hiciste —Estaba tan excitado que apenas podía pensar. Igual rió eufórico al recordar los eventos del día, y se puso en pie de nuevo para besarla más—. No puedo creerlo, ¡te devoraste todos los clichés románticos del libreto!

—¡Oh, cállate! —rió también, repitiendo lo que él le había hecho y cayendo de rodillas—. Valía la pena. Solo así podía demostrarte que iba en serio, que me importas mucho más que todos mis miedos y dudas —Besó su abdomen marcado enroscando la lengua por sus recovecos, y tras bajarle el cierre de su pantalón, le dedicó una mirada lujuriosa que acabó con sus burlas—. Ahora quiero devorar otra cosa.

—¡Aaaah! —Fue como si sintieran sobre ellos el sol de primavera y el calor del verano, todo junto.

Los bellos momentos que pasaron en los meses cálidos volvían, renovados bajo una nueva luz que les permitía descubrirse por primera vez. Él se dio cuenta que no iba a soportar mantenerse de pie mucho tiempo, así que se hizo para atrás, tiró de ella, y la besó aún con más intensidad. Sus lenguas se encontraron en una danza sensual que les recordó su vals de graduación, y se separaron a la vez para quitarse lo que les quedaba de ropa y empujarse mutuamente hasta la cama.

Amor de Calendario - Especial de San Valentín 2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora