12

275 41 5
                                    



Había pasado un mes de la primera salida con Jimin, después de eso Bae estaba emocionada de que las cosas continuaran, al menos lo conocía un poco más dándose cuenta que no parecía tan malo y misterioso, sólo parecía ser tímido, por eso era reservado en todo sentido. 

A ella quizás comenzaba a gustarle, no estaba tan segura, era la primera vez que sentía varias emociones por una sola persona.— Estás demasiado sonriente.—dijo su abuelo quien leía el periódico de hoy.— ¿Que sucede?—ella sonrió aún más. 

—Me siento muy bien hoy, el día está hermoso, no hubo tanto trabajo, la gente también parece tener un buen día.—su abuelo reía al verla tan activa más como de costumbre. Desconociendo por completo una verdadera razón, ella aún no quería decirle nada. 

Escucharon la pequeña campana de la puerta avisando que entraba alguien, no fue nada menos que Jimin. Bae lo miró inmediatamente sonriendo por él pensando que la saludaría como viene haciendo hace días cuando la ve trabajando, pero esta vez no fue así, incluso lucía cansado. Ambos, ella y su abuelo lo vieron pasar sin siquiera mirarlos camino a su habitación.— Recién viene.—dijo él.— Anoche no llegó a dormir.

—¿No vino? ¿Como sabe eso?— dijo Bae interesada en saber todo. 

—Lo ví afuera al momento que cerré la puerta, esperé por si entraba pero él simplemente se alejó.— Bae miró hacia el pasillo vacío.— Querida sigamos que ya será hora del almuerzo para todos.—asintió y se propuso a trabajar pero aún pensando en Jimin, como lo vió y lo que le dijo su abuelo. 

Solamente faltaba una hora para cerrar el hotel pero el abuelo dejó que Bae se fuera a descansar temprano al no haber sido un día muy intenso, así que el mayor vió que podía hacerse cargo solo. Ella ya tenía su camisón puesto, uno blanco, suave y largo. Leyendo su libro preferido hasta la mitad decidiendo que debía dormir. 

Puso el libro en su mesa de luz, se metió a la cama y cuando estaba acomodandose su puerta sonó, con tres toques. Se le hizo raro que su abuelo no dijera nada más del otro lado como siempre hacía, se levantó y abrió la puerta encontrándose con la sorpresa de que no es su abuelo, sino Jimin. 

Su corazón comenzó a latir con ferocidad que era hasta posible que él lo escuchara.. 

Que hacía ahí cuando nadie hospedado sabía dónde era su lugar de dormir, nadie más que su abuelo y algunas trabajadoras con cuarto cerca lo sabían. Haberle dicho una vez fue una mala idea.— ¿Que hace aquí?— dijo nerviosa y sorprendida.

—Hola. Necesito de tu ayuda.

No entendió, pero al escuchar unos posibles pasos de alguien más se desesperó. Si alguien veía que un hombre desconocido estaba en la puerta de su habitación y más a estas horas, no sería bueno y muchos rumores se escucharían luego. Bae procedió a jalarlo de la manga de su saco haciéndolo entrar y cerró la puerta rápidamente. Giró a verlo y no sabía bien que decir, su mirada siempre la dejaba sin respirar.— ¿En.. en que puedo ayudarte?— estaba totalmente nerviosa, tenía a un chico en su habitación por primera vez, y además que él la esté mirando de esa forma, pasando sus ojos por todo su rostro para después seguir por su cuerpo en aquel simple pero hermoso camisón de dormir. 

Porque para él lo era. 


HOTEL ✓  park.jmDonde viven las historias. Descúbrelo ahora