El Conjuro 4

Janeth & Jack

Casa de los Smurl

Narradora

Cielo, te lo juro que estaba desenchufada la cafetera.-Le dijo Janeth a su esposo.

La cafetera se incendió estando apagada y desenchufada.

Julie: Papá, las manchas en el cuarto de Chloe volvieron aparecer.

¿De nuevo?.-Preguntó Janeth sorprendida.

Julie: Sí, es la 5ta vez que pintamos la pared y las manchas vuelven a filtrarse, incluso estando la pintura mojada.-Dijo y se sentó.

Jack: La pintaremos de nuevo, quizás sea por la antigüedad que aún no sé logra tapar del todo la suciedad.-Dijo y colocó la cafetera en la basura. -Trataré de comprar una nueva cielo.

Janeth sólo asintió.

Emily y Chloe:

¿Percibes ese olor Chloe?

Chloe: Huele horrible, qué es?

Emily: No lo sé, viene como de abajo.

April: ¿De qué hablan?

Chloe: ¿También sientes el olor feo?

April: ¿Cuál?

Emily: Olvídalo, ya pasó.

April sólo nos miró confundida y fue a su habitación.

¿Por qué no le dijiste?.-Preguntó Chloe

Emily: Cuando llegó, ya se había ido, quizás sea la tubería no sé.

Narradora:

Luego de esto, más objetos se incendiaron estando desenchufados, los olores terribles aparecían de la nada y luego se desvanecían, las manchas de las paredes incluso se hicieron más grandes.

Aún así, la familia Smurl salió adelante, pasado un mes y algo, Jack fue ascendido en su trabajo y se desempeñó como entrenador del equipo de sofball de su hija Julie.

Janeth:

Apesar de las cosas raras que hemos vivido desde que llegamos, por fin tenemos una noticia buena para ustedes...¡Estoy embarazada!

Todos celebraron e inmediatamente nos dimos un abrazo familiar, los padres de Jack felices, y las niñas más que felices por su nuevo o nueva hermanita.

Narradora.

Las niñas sobresalieron en sus estudios y los abuelos estaban felices.

Jack:

No es suficiente Janeth, y aún no llegamos a fin de mes.-Dije levantándome de la silla.

Janeth: Cielo, tengamos paciencia, verás que sí llegamos, okey?

¡Papá, la abuela está mal!.-Gritó mi hija Julie desde la sala.

Salí inmediatamente y mi madre no podía casi respirar.

Janeth: ¡Hay que llevarla al hospital!

Janeth, yo iré con ella, tú quédate con las niñas sí?, te avisaré cualquier cosa.

Narradora.

Jack junto a su padre llevaron a Donna al hospital, mientras Janeth y las niñas estaban en casa preocupadas.

Dejaron a Donna en observación toda la noche, al día siguiente le dieron de alta.

Fue su tensión la que se subió de un momento a otro pero ahora estaba estable.

Janeth, mi madre quiere hablar contigo.-Dijo Jack a su esposa.

Janeth.

¿Todo bien?

Donna: Si cariño, pero me gustaría hablar contigo de otra cosa...sabes, últimamente he sentido que me llamas, y siempre voy y no es nadie.-Dijo esto, y en su mirada se reflejaba preocupación.- Sé que suena loco, y quizás sea por los tantos años..

Donna, a mí también me ha pasado lo mismo, pensé que quizás era por nervios o cosas de mi mente...no he querido contarle nada a Jack, estamos en una situación algo apretada...

Después de conversar un rato con Donna, fui de nuevo a la sala, nos convecimos de que quizás lo ocurrido era por nervios.

La noche llegó y luego de la cena cada uno fue a su habitación a descansar.

Creo que eran como las 2 y algo de la mañana cuando despierto de la nada, estaba todo oscuro y Jack aún dormía profundamente.

Escuche un par de susurros que provenían desde el closet, sacudí como mil veces mi cabeza, tal vez necesitaba salir en mis tiempos libres y distraer la mente, creo que el encierro me está afectando.

Volví a tratar de retomar mi sueño y esta vez sentí que quisieron jalarme para que me cayera. Está vez encendí la luz, y no había absolutamente nada en la habitación.

Por segunda vez intenté retomar mi sueño, y parece que lo conseguí.

Jack:

Mi sueño fue interrumpido porque sentí que alguien me jalo.

Miré hacía Janeth y estaba dormida, me levanté y miré por la ventana, todo normal, hasta que escucho un susurro tan cerca de mí que me dió escalofríos, era la voz de una mujer, cuando volteé ví que una sombra subía por la pierna de mi mujer.

Jack, Jack, Jack

Desperté sudado sin saber si lo que había visto era real o sólo había sido una pesadilla.