Camila.
Me cuesta un mundo salir a la superficie y abandonar el verde de sus ojos, pero finalmente lo hago
cuando miro a la chica menuda que espera pacientemente a su lado. Es guapa. Es dulce. Lleva unas gafas rojas de pasta y el cabello rubio suelto y un poco despeinado.Trago saliva. Me late tan rápido el corazón…
—Estás… te veo… —Lauren duda un segundo—. Tienes buen aspecto —dice finalmente.
La ojo verde me desnuda con la mirada, de los pies a la cabeza, del corazón al alma. Si había alguna
parte que he intentado mantener oculta estos meses, ella acaba de abrirme en canal, ha entrado y lo ha
revuelto todo. Como siempre.—Gracias.
Quiero decirle que ella también, pero sé que notaría que estoy mintiendo, así que no lo hago. Me apoyo en los talones y me balanceo hacia delante con incomodidad cuando advierto que la chica me sonríe.
—Me llamo Ally, encantada de conocerte —permanezco muy quieta mientras me da dos besos, uno en cada mejilla. Huele a canela—. Imagino que tú debes ser Camila.
Asiento con la cabeza e instintivamente me giro un poco hacia la puerta de la cafetería. De todos los lugares del mundo, de todos los establecimientos de esta dichosa ciudad… tenía que ir a parar a
él, como no. A Lauren. Y ahora a ella, también. Inspiro hondo.—Lauren me ha hablado mucho de ti —concluye sin dejar de sonreír.
Lauren se remueve algo incómoda y yo noto cómo se me encoje el corazón. De verdad. Es como si una sensación de vértigo se apoderase de todo mi cuerpo. Las miro a las dos, una a la lado de la otra y al no poder evitar que los ojos se me llenen de lágrimas, bajo la cabeza para rebuscar unas cuantas monedas en mi cartera e impedir que me vean en este estado. Dejo tres euros en la repisa de madera y cojo la bolsa de papel en la que va la magdalena tras darle las gracias a la camarera.
—¿Te marchas?
Lauren parece desconcertada.
—Sí, será lo mejor…
—¡Siéntate con nosotras! —La chica señala con la cabeza la mesa en la que estaban acomodadas —. Vamos.
La miro con incredulidad.
¿De verdad espera que me quede allí viendo a mi esposa rehacer su vida? Nunca he deseado su infelicidad. No quiero para Lauren una existencia miserable como la mía, pero eso no contrarresta el dolor, el malestar general que me invade en cuanto imagino esos labios sobre los de otra persona, la piel de sus manos acariciando otro cuerpo…
—Me alegra volver a verte —consigo decirle—, pero tengo que irme. Espero que todo…, que todo te vaya tan bien como hasta ahora —añado, echándole a ella un último vistazo.
Mi teléfono móvil comienza a sonar en ese mismo instante. Descuelgo la llamada y aprovecho el momento de confusión para salir de la cafetería y alejarme de ellas, de todo. Mi hermana me pregunta si estoy bien, si necesito que venga esta noche a casa a dormir.
—Deja de preocuparte por mí —digo.
Esquivo a los peatones y camino distraída por las calles estrechas del casco antiguo, sin dejar de pensar en Lauren y su mirada y la mujer que la acompañaba y prometía nuevos comienzos. No debería sorprenderme tanto, pero lo hace. Me cuesta aceptarlo.
—Estás rara —insiste Sofía después de asegurarle que veré una película a solas y me prepararé una cena en condiciones y no cualquier cosa precocinada.
—Según tú, siempre lo estoy.
—También es verdad —recapacita—. Te veo mañana, entonces.
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Tempesta (Adaptación a Camren G!p)
RomanceSigue lloviendo, le sigue lloviendo al corazón... Lauren y Camila no han vuelto a ser las mismas. Después de formalizar su divorcio, cada una intenta reconstruir su vida e ir encajando las piezas de un puzle que creían haber concluido y que ahora se...