Final

667 59 7
                                    

Camila.

Tengo la cámara colgada del cuello mientras abro la ventana de la cocina. La dirijo hacia el cielo anaranjado que preside la ciudad y parece estar en llamas y enfoco con cuidado moviendo el objetivo. Clic. Doy un paso a la izquierda e intento capturar la bandada de pájaros negros que se
mueve hacia el este. Clic. Bajo la cámara lentamente, sin apartar la mirada de esas nubes ensangrentadas. Salgo de mi letargo cuando suena el móvil.

Es Lauren.

Hace casi dos semanas que no hablamos, aunque sigo pensando cada día en el tacto de su piel, en
su forma de tocarme, en los momentos de silencio dentro de la bañera y la forma en la que me
encogía el corazón escucharla llorar dentro de esa habitación.

De Lauren para Camila , a las 21:13pm.

Tengo que hablar contigo. ¿Estás en casa?

Me quito la cámara del cuello y la dejo sobre la mesa con cuidado.

De Camila para Lauren, a las 21:15pm.

Sí. ¿Va todo bien?

De Lauren para Camila , a las 21:16pm.

«Bien» es siempre tan relativo…
Pero creo que las cosas van como tienen que ir. Nos vemos ahora. Voy hacia allí. Besos.

Me siento un poco ansiosa mientras espero su llegada, así que me entretengo sacudiendo los
almohadones de diversas texturas que hay sobre el sofá y colocando las revistas en una fila perfecta
ordenada por tamaño, de la más grande a la más pequeña. El timbre suena apenas veinte minutos después.

Lauren exhala hondo cuando me ve y me echa un vistazo rápido antes de entrar sin mediar palabra. Deja en la mesa del comedor un sobre grande de color canela y se muerde el labio inferior con cierta indecisión.

—¿Qué ocurre? —pregunto.

—Yo… —se mueve por la estancia de un lado a otro y al final se lleva las manos a la cadera.

—Dilo sin más.

—Me han ofrecido un puesto de trabajo. En Francia.

—¿Cómo?

—Es… es una empresa relativamente nueva. En realidad se lo dieron a Dinah y ella pensó que me podría interesar.

—No lo entiendo…

Estoy un poco confusa. No termino de procesar la noticia. Todo se deshace, se derrumba, se cae.

—Camila , mírame —ruega—. Si tú me pides que me quede aquí, lo haré. Sin dudar. Si todavía crees que existe una remota posibilidad para nosotras, si todavía sientes algo… necesito saberlo ahora.

Se me encoje el estómago. Vete, vete, vete… No te vayas, no te vayas, no te vayas…

Intento que no descubra que estoy temblando. ¿Se puede odiar y amar a alguien a un mismo tiempo? ¿Se puede querer estar muerta y a la vez anhelar un soplo de vida…? Algo que calme la desolación. Un impulso que me empuje hacia delante.

—No voy a pedirte que te quedes…

Mi voz es apenas un susurro. Después, un silencio denso se adueña de la estancia. Me gustaría alzar la mano y cazar las palabras que acaban de salir de mi boca, volver a guardarlas en mi garganta, impedir que se escapen de nuevo. No quiero que se vaya.

Lauren es parte de mi vida. Lauren
me hace sentir. Sentir cosas malas a veces, cosas buenas otras… Pero sentir. Cuando pienso que la
indiferencia me consume, ella llega y la aleja.

Da un paso hacia mí. Trago saliva, tengo la boca seca. Está muy cerca. Está demasiado cerca.

—Te entiendo. Y ya sé que pierdo el tiempo, pero no soportaría irme sin decírtelo: vente conmigo. Por favor —suplica—. No voy a asegurarte que empezaremos desde cero, porque sería una jodida mentira. Es imposible que tú y yo hagamos algo así. Pero empezaremos desde el número que se suponga que estamos. Desde doce. Desde veintitrés. Desde ciento sesenta y dos. No importa el
inicio, importa el final. Y te prometo que será infinito, siempre que tú quieras.

Tempesta  (Adaptación a Camren  G!p) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora