Camila.
Permanecemos en silencio, abrazadas. Todavía está en mi interior la realidad siempre lo ha estado.Yo no sabía qué era enamorarse hasta que conocí a Lauren. Sabía de atracción, de diversión, de
experimentar… pero no de amor.Nunca creí que fuese posible que una persona consiguiese meterse
en mi piel, en mi alma. Pero con ella me ocurrió. Mientras estuvimos juntas siempre tuve la sensación
de llevarle conmigo a todas partes; incluso cuando no estaba presente, yo lo sentía dentro de mí.Igual que sigo sintiéndole ahora.De un modo diferente, sí, pero sintiéndole…Lauren comienza a moverse y yo la abrazo con más fuerza, reteniéndola a mi lado. Ella me besa enel cuello en el punto exacto en el que la arteria carótida palpita al compás de mi corazón. Cierro losojos. Huele tan bien…, lleva usando desde que la conozco la misma colonia suave.
—¿Quieres que me vaya?
—Aún no.
—Vale —noto su respiración pausada y cálida en mi mejilla cuando se gira y me mira fijamente
—.Camila, si pudieses entender de qué modo te siento…
—¿Entonces qué?
—Nada. Entonces nada.
—Dímelo.
—¿Para qué?
Aparta con delicadeza los mechones de cabello que se escurren por mi rostro.
—No lo sé, pero dímelo.
—Simplemente… eres mi vida. Antes de ti, era diferente, era otra persona. No tenía expectativas ni un rumbo concreto, no me conocía lo suficiente a mí misma. Tú, tan oscura a veces, trajiste a mí laclaridad y lo bueno y a pesar de todo no me arrepiento. No puedo. Prefiero el dolor que implicantodos nuestros recuerdos, antes que el vacío, que no tener nada. Porque sé que fuimos las personas
más felices del mundo. Lo sé. Y si hace falta pasaré el resto de mi vida rememorándolo, porque no
me queda nada más.Siento las lágrimas caer de nuevo por mis mejillas, la humedad que se escurre bajo mi barbilla,pero no hago nada por limpiarme. Dejo que Lauren las seque con los dedos, deslizando los pulgaressobre mi piel.
—Sabía que no tenía que contestar —sonríe sin mirarme. Es una sonrisa triste, rota.
—Siento ser como soy. No sabes cuánto. Lo siento mucho, Lauren.
—Shh. No hables, no digas más —arrastra una última lágrima con el dorso de la mano—.¿Tienes hambre? Voy a preparar algo para cenar.
—No es necesario…
—Tú quédate aquí.
Se pone los vaqueros y se levanta sin terminar de abrochárselos. Camina descalza cuando sale yme quedo sola en esta habitación que antes se me antojaba tan cálida y acogedora y ahora resultafría y gris.
Regresa apenas diez minutos después con un plato donde hay dos sándwiches vegetales. Metiende uno y se sienta a un lado de la cama. Le veo masticar el primer bocado con gesto ausenteaunque sus ojos verdes se detienen de vez en cuando en mi cuerpo aún desnudo. Creo que no podríasoportar que ninguna otra persona me mirase de ese modo, sin nada que me envuelva, sin protección,con todas mis debilidades y miedos al descubierto. Pero con ella no me importa. Dejo que me mire y
me como el sándwich en silencio.
Cuando terminamos, me coge de la mano y tira de mí hasta que bajo de la cama. Camina condecisión hasta el cuarto del baño y enciende el grifo de la bañera para ponerla a llenar. Poco
después, estamos dentro. Yo entre sus piernas, abrazada por esos brazos que siempre me parecieron tan seguros, tan firmes… ahora ya no lo tengo tan claro, no confío a ciegas. Me pega a sus pecho concierta posesividad y respira sobre mi nuca mientras el agua sigue cayendo.
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Tempesta (Adaptación a Camren G!p)
Roman d'amourSigue lloviendo, le sigue lloviendo al corazón... Lauren y Camila no han vuelto a ser las mismas. Después de formalizar su divorcio, cada una intenta reconstruir su vida e ir encajando las piezas de un puzle que creían haber concluido y que ahora se...