◈{CP 1: El Regreso}◈

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La guerra había finalizado por fin, después de ocho largo años en los que la gran alianza de Arbezela había estado combatiendo al ejercito de la Islas Orian, por fin se alzaban victoriosos de esa gran batalla.

Por fin todos los soldados sobrevivientes podrían regresar a sus hogares, y eso no era diferente para los que lideraron en primera fila el frente de batalla.

Entre ellos se alzaban dos personas, las dos piezas más importantes de la guerra y sobre todo padre e hijo.

Estos eran Jaider De Secramise, Emperador de Arbezela, y Ethan Noé De Secramise, Primer Príncipe y por ello Príncipe Heredero de Arbezela.

Cabe resaltar la sorpresa de las tropas al ver al joven de diez y ocho años arribar al campo de batalla junto a su padre hace ocho años.

Todos pensaban que el monarca se había vuelto loco, pues si el Príncipe moría en batalla, Arbezela se quedaría sin Heredero, ya que él era el único hijo varón legitimo del Emperador.

Sin embargo, ahora esos mismos soldados no podrían estar más agradecidos con el ahora hombre de veintiséis años, el cual fue uno de los tres factores más importantes, junto a su padre y Nell Phantom, para que la gran guerra finalizara antes de lo planeado.

Y ahora esos dos victoriosos hombres estaban de vuelta en su querida tierra natal, Arbezela.

El Emperador apenas llegaron convoco una junta con los diplomáticos del Imperio y sus hijos en la sala del trono, para celebrar la reciente victoria de Arbezela.

Sin embargo, Ethan había decidido retirarse primero a su habitación, principalmente para arreglarse de forma más presentable ante los diplomáticos del Imperio, pues su pinta de apenas llegado de la guerra no era la mejor de todas.

Y por eso mismo es que apenas llego al palacio "Lirio De Diamante" una doncella que él conocía perfectamente lo recibió con un abrazo, sin importarle la tierra o la sangre seca que aun portara su uniforme de guerra.

-- Volvió, mi Príncipe volvió -- La doncella no pudo más con sus lagrimas apenas sintió el cuerpo ahora adulto del Príncipe Heredero.

-- Claro que lo hice Adelaida, lo prometí después de todo -- Respondió con calma en su voz, esa que todos sus seres queridos decían que era característica en él.

-- Si, tiene razón, pero aun así estaba preocupada por usted, me alegra tanto verlo sano y salvo, que no puedo parar -- La mujer castaña se separo del Príncipe e intento detener a toda costa sus lagrimas, las cuales no le hicieron caso hasta sentir unas cálidas manos es sus mejillas.

Esas manos que ella conocía bien a pesar del cambio, pues ella seria capaz de reconocer a su Príncipe entre más de quinientos hombres, después de todo, ella fue quien lo crio y lo amaba como si este fuera el hijo de su vientre.

-- Ya estoy aquí y no me iré en un buen tiempo, así que tranquilízate y ayúdame a cambiarme ¿Si? --

-- Si, a la orden su alteza -- Respondió más calmada la castaña.

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La reunión ya había empezado hace algún tiempo, lo suficiente como para que los diplomáticos y los Príncipes ya estuvieran presente y a la espera de los dos hijos legítimos del emperador.

Príncipe Heredero | Las joyas de la princesa + Oc'sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora