Fuera de mi camino

1.- Un año más, un triunfito menos

17 de febrero de 2025. Había pasado casi un año desde que Operación Triunfo había terminado, casi un año desde que Ruslana se proclamó como ganadora de aquel concurso del demonio. No habían sido pocas las ganas de la ucraniana por prenderle fuego a esa estúpida academia desde el día en el que se dió cuenta de que sólo la veían como un producto más al que poder moldear.

Por desgracia, Amazon no había conseguido transformar a Ruslana en su nueva Aitana.

Nada más proclamarse ganadora, la chica se vio envuelta en toda clase de polémicas que no tenían ni pies ni cabeza. Que si le hacía bullying a Paul, que si le gustaba... ¿Martin? ¿De dónde habia salido eso?

Toda esa avalancha de información la llevó a tomarse un tiempo para ella una vez consiguió librarse de las garras de Universal. Sacó su primer single lo más rápido posible para poder ponerle fin al contrato que había firmado antes de entrar a OT y desapareció del foco público durante unos meses, ajena a que su canción había sido todo un éxito. Fue este éxito el que llamó la atención de una discográfica en particular que también le resultó interesante a la ucraniana, convirtiéndose en la que es su discográfica actual, una que le abrió las puertas a poder mostrar su identidad como artista al mundo. Ella era la primera Ruslana, y no había nada que la hiciese más feliz.

Y ahí estaba ahora, rebuscando en la nevera del piso de su mejor amiga en busca de algo para picar mientras escuchaba cómo se peleaba con el mando de la tele de fondo.

-¿Puedo pillar lo que queda de chocolate?

La falta de respuestas hizo que Ruslana sacase la cabeza de la nevera para observar a su amiga, que parecía estar muy concentrada en su tarea de poner una película en Netflix.

-¿Chiara?

La morena giró la cabeza rápidamente al escuchar su nombre, ajustándose las gafas.

-No es mío, es de Vio. Pregúntale a ella.- contestó rápidamente antes de volver a clavar sus ojos en la pantalla.

Ruslana soltó un suspiro, pillando el pequeño trozo de chocolate de todas formas y cerrando la nevera con más fuerza de la necesaria.- Ya se lo compensaré.- balbuceó mientras masticaba.

La ucraniana se quedó observando a Chiara desde la isla de la cocina, dándole pequeños tragos a la cerveza que ya tenía abierta. La inglesa llevaba media hora de reloj tratando de averiguar por qué no era capaz de conseguir poner la película en su televisión, y Ruslana ya podía notar cómo le empezaba a salir humo por las orejas.

-¿Necesitas ayuda?

-No.- negó de inmediato Chiara.

Ruslana alzó una ceja, viendo cómo Chiara abría y cerraba la aplicación en bucle.

-¿Estás segura?

Chiara asintió, pensando en qué botón del mando tenía que pulsar a continuación. La pantalla de la tele se puso negra de nuevo, mostrando el logo de Netflix en el centro. La morena soltó un chillido de alegría al ver que al fin lo había conseguido, y Ruslana no pudo evitar sonreír al ver su entusiasmo, sonrisa que se transformó en una carcajada al ver cómo un error aparecía en la pantalla y la aplicación se cerraba de nuevo.

-¡Fuck, shit, MIERDA!- exclamó Chiara mientras golpeaba el mando contra el sofá.- Joder, perdón.- las disculpas que le susurró al mando hicieron que Ruslana casi se atragantase con su propia saliva de la gracia que le estaba causando la situación.

Fue en ese mismo momento cuando Violeta apareció por el pasillo con el pelo medio mojado y el pijama puesto, alzando las manos en señal de confusión al ver a Chiara con la cabeza hundida contra un cojín.