En la penumbra de la fría ciudad,
mi mente vuela en busca de libertad,
dejo atrás el ruido y la rutina,
me sumerjo en sueños, mi alma divina.
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•One shots cortos/largos, depende del pedido.
• Cualquier personaje que pidas, ya sea de...
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Situación- Nate sabe que necesita esa droga.
Advertencias- contenido sexual, dependencia emocional. Nate no actúa como el, bastante sumiso.
Pareja- hombre x hombre.
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Se siente estúpido por creer que podía escapar de todas estas sensaciones, pensar que la abstinencia es algo fácil.
Su droga es complicada de conseguir pero una vez que la tienes nada te hará querer dejarla. Y eso le hace mal, lo enloquece.
Dulces ojos avellana lo miran con lastima, manos calidas acarician su cabello levemente húmedo por la reciente ducha, su respiración es lenta, sabe que llorar no es opción pero su cuerpo le dice qué, sin dudarlo, lo haga.
Su cabeza reposa en las piernas musculosas, se siente querido por alguien, apreciado.
Piensa en como llego a este punto, en como la abstinencia le hizo lastimar a quien más quiere. No puede negar que pensó poder escapar de esto, de ese sentimiento de necesidad sí usaba a las personas como objetos, usar a las personas para satisfacer algo que nunca termino, usar a Maddie para apagar esa llama que, a pesar de todo lo que esa chica hizo, nunca se apagó.
Su cabeza da vueltas, las caricias paran un poco, se remueve levemente incómodo cuando se detienen por completo, sus ojos se abren en busca de la droga que lo llevo hasta aquí.
La encuentra y por los santos que no quiere soltarla, toma sin amabilidad la barbilla, quiere que el se lastime para besarlo, para saciar esa sed anhelante.
Pero el no es Maddie, y le hace sentir mejor, la mano es retirada con dulzura, le da caricias para intentar sanar el dolor que no sabe existe ahí. Esa mirada amable le da escalofríos, es demasiado como para ser real.
Un murmuró inaudible, pero su corazón palpitante lo hace poder serlo.
--- No tienes que ser brusco, solo pídelo ---la espalda se curva con lentitud, los labios se juntan con delicadeza imposible. Tan diferente a como el lo puede hacer.
No busca la rudeza natural, solo quiere sentirse alguien especial. Se deja ser, no le importa cuan mal se pueda ver.
Decide qué si el quiere hacerlo tranquilo no le va a molestar, se separa del beso acaramelado, uno más se deposita en los labios, más fugaz que presente, pero lo siente.
