¡ One shots Male Reader !

Edward Cullen- Twllight.

Situación- Edward se siente como es ser la presa por primera vez en su vida.

Advertencias-

Pareja- hombre x hombre.

Es pesada, una mirada que se siente sin discreción a su al rededor. Es acosado, sabe quién es pero no puede confrontar porqué-

Esa es la razón, no la hay, sí, es acosado sin miramientos pero ese acoso enfermizo le gusta, al final el es igual o peor.
Se siente una víctima cuando el es el perpetrador, no al revés, nunca así.

Sus dedos chocan contra la mesa y Rosalie empieza con sus miradas de 'para ya'. Alice le mira, esas miradas que le indican lea su mente.

No hay mucho que indagar, llama la atención, se le ve a el junto con ese chico de avellanas ojos juntos, la parte de atrás es borrosa pero están ahí, juntos, la visión se deteriora como una interrupción al canal, es anormal que suceda, y ella lo sabe.

La campana suena, huye como loco al salón de biología, deseando que, de manera contradictoria ese chico este ahí, normalmente se salta esa clase.
Está vez no, lo veo entrar y se sienta a su lado, le da una sonrisa con unos dientes radiantes. Es lindo.

--- Hola ---el acento con toques Irlandeses le llama la atención, le da un asentamiento de cabeza, le escucho--- ¿Cullen?

--- Edward Cullen ---afirma con una sonrisa, es feliz--- ¿Irlandés?

--- Aciertas.

No sé hablaron más, el maestro entro y la tarea es individual.
Observa de reojo al chico, utiliza las mentes para mirarlo sin ser obvio pero el si lo es.
Lo mira embobado, casi como estuviera obsesionado con su perfil.

El tiempo pasará, ese sentimiento lo atrapará tan pronto que no notará que una vez fue casi nulo. El abrazador roze del hombro con el suyo le hará enloquecer, lo sabe bien.

Lo mira sin discreción, no sabe cómo llega a estas circunstancias tan aterradoras. ¿Acoso? claro que lo es, pero el ya lo hacía desde antes, es una devolución.

Está sentado en aquel mueble que el chico mantiene en su cuarto, está pegado a una pared y junto a este supone su escritorio. Lo mira dormir, le es adictivo el como sube y baja su pecho, delicadamente y deseando no despertarlo se sienta junto a el, admira el rostro lindo que tiene.

Esa nariz tan fina le hacía querer tocarla, o esos labios brillosos en humectante le llaman a probarlos ¿y por qué no?

Está inmerso en los pensamientos, no rebusca en los de el, no podría, ni siquiera dormido lo consigue y le da que pensar, pero no le interesa ahora, frente a el está ese chico que lo vuelve tan loco como días sin cazar.

El agarre en su mano lo despierta, esa ensoñazon que se siente relajante, mira con horror los ojos brillosos míralo con algún tipo de mezcla de duda, miedo pero ahí resalta la fascinación.

--- ¿Cullen? ---no se mueve, ni siquiera respira, busca parecer un sueño.

El agarre se va, pero la mirada sigue en el, no se quita.
Se acerca lentamente hasta tocar su mejilla, no evita ladear su cabeza buscando el tacto, es cálido y su piel helada contrasta tan bien, una pieza destinada a ser.

Un murmullo bajo diciendo 'eres precioso', está evitando el tema del acoso, o quizá no le interesa, no lo sabe.

Su cabeza se recuesta delicadamente en la palma cálida, no repira porqué no lo necesita, una mano lo invita a recostarse en su cama, se hace un lado y sin pensarlo acepta.

Después de todo ¿por qué no? le gusta, lo enloquece y sin importar qué, estará allí para el, si el le invita entonces aceptará, sin importar a qué sea invitado.

Su cabeza se recuesta en el pecho, los latidos son tranquilos, nada acelerados en comparación a como normalmente está, la calma quizá.
Su mano acaricia su cabello, se siente muy agradable, y la otra mano está en su rostro, lo obliga a mirarle.

--- ¿Hace cuánto lo haces? ---la sorpresa lo enciende, duda de que responder.

--- Unas semanas, disculpa.

Las caricias paran, bajan lentamente a su espalda por debajo de la camisa, son tranquilas pero inquietantes porque nunca fue tocado ahí.

--- ¿Cómo lo haces? ---no comprende la pregunta--- ¿es por tus habilidades de vampiro? ¿o naturalmente sabes saltar y trepar muros?

--- Vampiro.

No se fija en la sinceridad, esa ahí sin molestar, las caricias bajan aún más y antes de llegar a dónde pensaba sería su destino final, un gran salto lo aleja, está frente a la cama ahora con ese chico mirándolo.

--- ¿Qué sucede?

--- Autocontrol.

Le da una sonrisa y le invita nuevamente a acostarse junto a el, está vez las caricias son puras, y por primera vez en años, se deja cerrar los ojos con tranquilidad, calma y paz.

Porqué por primera vez, es la presa de un cazador experimentado y no desea escapar.