MANOS ATADAS

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2 de Octubre, 2023

Llevaba ya una semana sin salir de mi departamento. Por suerte Pierre tuvo que ir a Francia así que he estado sola, aunque eso se acabaría mañana ya que volamos para Qatar.

Me la había pasado hecha un desastre, comiendo helado sin parar, un poco cliché para mi gusto pero me reconfortaba.

Los chicos me habían estado enviando mensajes para vernos pero no contesté ninguno, los estaba ignorando a todos, especialmente a Carlos y Max. Una parte de mí sabía que Charles les mencionó algo, por lo menos a Carlos, no estaba segura pero me lo imaginaba.

Sonó mi celular, rodé los ojos y suspiré, quería apagarlo y no saber nada de nadie pero no podía ignorar a quien me estaba llamando.

-¿Qué quieres?

-No son formas de contestarle a tu padre.

-Y como has actuado, no son formas de tratar a tu hija. -contesté.

-¿Cómo va todo con Pierre? -preguntó.

-Como si te importara.

-Sigue con esa actitud y despídete de los pilotos, de la Fórmula 1, de la vida en Mónaco. -dijo, tragué saliva, estaba loco. -Mañana cenarán tú y Pierre conmigo.

-Mañana volamos a Qatar. -dije molesta.

-Bien, que sea comida, después se van.

-¿Y tú?

-Yo llego el Jueves, nos vemos mañana. -dijo para después colgar. Aventé mi celular, arrepintiéndome un segundo después, me paré para recogerlo, suspiré al ver que no le pasó nada. Regresé a la cama. Mi celular sonó de nuevo, apreté los labios, desesperada, sólo quería hundirme en mi miseria con paz y tranquilidad.

-Pierre. -dije.

-Hola, belle. -contestó. -Estoy aquí afuera, ¿Puedes abrirme? -"Mierda", pensé. Mi departamento estaba asqueroso, yo estaba asquerosa. Caminé hacia la puerta.

-No te fijes. -sonreí a medias.

-¿En qué? -entró. -Oh, ya veo. -pasó su mirada por todo el lugar.

-Llegabas mañana, iba a limpiar al rato. -me senté en el sillón.

-Perdón por no avisarte. -se sentó a mi lado.

-Mañana tenemos que ir a comer con mi padre. -suspiré.

-Con el buen papá Bianchi. -dijo jugando.

-Buen papá no lo sé. -jugué con mis dedos.

-¿Qué dices?

-Nada. -sonreí. -Me meteré a bañar para recoger este cochinero. -me puse de pie.

-¿Quieres compañía? -preguntó coqueto, reí nerviosa. No estaba segura de poder tener sexo con Pierre pronto. Desde Charles no quiero a nadie más.

-Pierre, mejor ayúdame a empezar a recoger, te vas a ir al cielo si lo haces.

-Está bien. -rodó los ojos.

Me tomé mi tiempo en la regadera, quería relajarme, alejarme un poco de todo lo que estaba sucediendo.
Se había cumplido una semana del desastre y no me sentía mejor, creo que nunca me sentiría como antes y no sabía cuánto tiempo tendría que vivir en la mentira. Poco a poco sentía cómo me marchitaba y no podía hacer nada.

Pensé en mi madre, en cómo me gustaría que bajara del cielo sólo un minuto para abrazarme y decirme que todo estaría bien.
Si mi madre viviera, estoy segura que mi padre no actuaría como actúa, las cosas serían diferentes pero desafortunadamente las cosas eran como eran, mi madre no estaba en este plano, mi padre era detestable y yo parecía tener las manos atadas, sin poderme mover, siempre entre la espada y la pared.

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⏰ Última actualización: May 14 ⏰

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