ERES TU

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-Liam realmente no pensé que volvería a verte.- Dijo el español mientras se acomodaba en su silla y miraba al joven. -No has cambiado mucho.-

Liam debía ser fuerte pues tal parecía que este hombre lo conocía, así que miraba bien aquella habitación intentando ser discreto y buscando algo que le diera indicios de su padre.

Noto que el doctor traía una sortija, un anillo de matrimonio.

Carlos sabía que la presencia de Liam era por algo, pues lo había visto hace años y Charles había perdido la esperanza.

Y fue hasta que la mirada del neozelandés se posó en una fotografía de una niña quien sonreía, no parecía muy mayor, tal vez tenía como unos 15 años.

El español noto aquello así que tomó otra foto que tenía y se la extendió, este con mucha duda la tomó notando de lo que se trataba, era una foto de su padre Charles.

Se notaba más mayor a como lo recordaba, pero no había cambiado casi nada, aquellos ojos claros y esa sonrisa, no quería llorar pero después de años sin ver a su padre y teniendo aquellas imágenes tan borrosas de sus recuerdos, una fotografía actual podía causarle tantas cosas.

-Estoy sorprendido de que vinieras a buscarme a mi, o que al menos vinieras, o que incluso me encontrarás.- Carlos miro como Liam seguía sin decir nada y solo miraba esa foto.

-¿Quieres volver a verlo?- Eso fue lo que llamó la atención de Liam.

-No se si él quiera verme.- Dijo muy bajo pero Sainz lo escucho y sonrió.

-El estará más que feliz de poder verte, Liam él ha estado esperando por ti desde hace años.-

El Leclerc menor dejó la fotografía en el escritorio mientras tomaba aire para poder hablar sin trabarse.

-No creo que quiera verme, no creo que esté feliz de que aparezca frente a él , pero si quiero hablar con él... si no es mucha molestia.-

Lo que menos necesitaba ahora era una negativa, si la obtenía al menos sabía que ya vivía en Mónaco.

Su mente trabajaba a mil por hora para poder idear un plan en caso de que se lo negara.

-Podemos ir si gustas, mi turno acabo y Charles está en casa.-

Incitó mientras se ponía de pie y cuando vio que Liam asentía lo dejó salir primero y después lo espero para caminar juntos, Liam no decía nada y Carlos no quería incomodarlo, pues no lo conocía en todos esos años todo había cambiado.

-Siempre vengo a pie, espero no te moleste eso, el departamento no está lejos así que vamos.-

Los dos iban en completo silencio, no es que Mónaco fuera muy grande, pero al menos mientras veía podía distraerse.

Se distraía y así no era un ambiente tan incomodo.

Fueron unos diez minutos los que tardaron en llegar a un edificio con grandes departamentos, subieron al elevador y presionaron el número del piso 16.

El lugar se veía muy elegante que se sentía fuera de lugar pues ahora que lo notaba Calos iba bien vestido, pantalones de vestir, camisa y unos zapatos que estaban relucientes mientras que el solo traía una playera, unos tenis y un pantalón de mezclilla.

Se había sonrojado pues no espero que fuera tan elegante.

Calos no le hacía la plática así que agradecía mucho aquello pues no es como que ahora mismo se le ocurriera hablar de algo.

También le había dejado un buen espacio en el elevador.

Al llegar al piso 16 se dirigieron al apartamento que tenía el número 55.

Fue cuando los nervios estaban consumiendo a Liam ¿que haría? ¿Preguntaría o iría directo al punto?

Cada pregunta que se formulaba en su mente no tenía una respuesta clara pues no podía procesar todo, habían sido años sin verlo, ni siquiera se pudo despedir correctamente de él.

Calos abrió la puerta y entró primero mientras dejaba sus cosas en un lugar que estaba designado.

Entraron y lo que Liam pudo ver es que era un departamento amplio, una sala con sillones que parecían cómodos, incluso había fotos del gran premio de Mónaco, España, e incluso podía notar el de Monza.

Aún así en aquella casa solo se escuchaba dos cosas, lo primero venía de un lugar más lejano pero dentro de aquel departamento, era un tipo de música que sentía que había escuchado antes, tal vez con Yuki, y el otro sonido venía de otra habitación era más una cocina.

La decoración consistía en muchas fotos, de ellos, noto una foto de una boda, foto de aquella niña que había visto en el consultorio, y también había una foto de un niño aunque no podía reconocerla del todo bien.

Dejó de examinar la casa puesto que escucho la voz de aquella persona que alguna vez quizo.

-¿amor? Hoy llegaste temprano, Charlotte está en su habitación y la comida aún no está lista.-

Aquella voz se escuchaba algo lejana pues aún parecía estar en la cocina.

-Si, surgió algo es por eso que llegue temprano, podrías venir un momento por favor cariño, alguien está buscándote.-

-¿Buscándome?- Fue cuando Charles salió de la habitación algo confundido pues no es como que su esposo llevara gente a su hogar.

-¿Arthur te fue a sacar de tu trabajo? - Charles no podía ver a Liam pues estaba detrás de su esposo.

-Bueno creo que es algo mejor que Arthur.- El Español estaba actuando extraño Charles lo sabía pues podía ver como este tenía una sonrisa en su rostro que intentaba ocultar.

Antes de que pudiera decir más el Español se hizo a un lado dejando a la vista a Liam.

Leclerc por un momento no entendió de que se trataba hasta que observó unos instantes de mejor manera al joven frente a él, es por eso que sin más se acercó con algo de miedo e incertidumbre Como si no pudiera creer lo que ataba viendo.

-Oh por Dios eres tú, realemnte eres tu.- el monegasco extendió sus manos y con cuidado tocó el rostro de Liam mientras sus ojos se humedecían. -Mon ange, realemnte eres tú.-

Sin esperar más Charles lo abrazó, un abrazo que expresaba tanto, eran tantas emociones mezcladas, esta era una acción que Liam había estado esperando por años, así que correspondió con algo de dificultad, pues aún no podía creer que por fin estaba viendo a su otro padre.

Carlos los dejó solos y con cuidado se había ido a otra parte del departamento, e incluso la música había disminuido.

Pero no le prestaron atención eran padre e hijo reencontrándose como si fuera la primera vez que se veían.

-No sabes cuánto me alegra verte Mon ange, estas... tan diferente a como te recordaba.- Charles se limpio un poco las lagrimas mientras tomaba las manos de Liam.

Cuando Liam por fin pudo reaccionar tomó una distancia considerable, y a pesar de que estaba feliz habi venido por una razón en específico, no debía mostrar debilidad, su padre Max no lo había educado así.

La actitud repentina sorprendió a Charles así que decidió igual tomar distancia.

-Tenemos que hablar de muchas cosas Charles.- Pudo decir el Verstappen menor, que su nombre saliera de su propio hijo lo rompía aún más pero asintió mientras los dos se dirigían a la sala para poder platicar.

Sería una plática extensa así que antes de que empezara, Charles preparo algo por si su hijo tenía hambre.

-Bien comencemos.-

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