Volumen 11: Capitulo 490

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Las cosas estaban aguantando bastante bien y esto era lo suficientemente bueno para que Zephy tuviera su tiempo de preparación. Con suerte y esfuerzo, todos los frentes se encontraban resistiendo, a duras penas pero resistiendo. No obstante, Arabella de repente se vio estupefacta al observar cómo una preciosa mujer pequeña y del tamaño de Lysandra salía del bosque. Sus ojos negros y cabello sin duda llamaban la atención, aunque lo que más atraía la mirada de Arabella hacia esta mujer eran sus preciosas alas blancas. “¡Oh, mierda!” Exclamó asombrada por esas alas.

“¿¡Por qué carajos hay un ángel trabajando con los demonios!?”, gritó al ver la mayor estupidez de su vida.

Para gente moderna, como lo era Arabella, ver a demonios y ángeles juntos era algo impecable. En el juego era normal verlos juntos en algunas ocasiones, pero eso tan solo era un juego, por eso ahora que este mundo era en realidad uno real le parecía extraño ver esto. Sin embargo, sus preocupaciones dejaron de causarle dudas en cuando vio que la ángel abrió bien las alas y salió disparada hacia el cielo. Al ver que la ángel tenía pensado atacar, no le importó más seguir pensando en esa gran contradicción de ángeles y demonios.

-Nuevo Capítulo-

El ser celestial subió varios metros de altura y luego se lanzó a gran velocidad como si nada. Su objetivo estaba más claro que el agua: el enemigo iba por ella, por Arabella.

Todo ocurrió en segundos. Arabella no se esperó tanta rapidez por parte de esta mujer y terminó pagando por ello. Cuando descendió desde el cielo, desapareció de su visión y luego fue imposible intentar verle su recorrido. Para cuando lo supo, ya tenía a la ángel frente a ella.

El golpe del ser alado mandó el cuerpo de Arabella varios metros hacia atrás. La pobre no dejaba de rebotar y revolcarse en el suelo. Por un momento había quedado inconsciente tras semejante puño, pero de forma inmediata retomó su conciencia y con su largo arco logró dejar de dar vueltas en el piso, clavándolo en el suelo y manteniéndose arraigada a él.

“Nunca me habían golpeado así”, mencionó mientras a duras penas se mantenía de pie.

Le costaba creer que alguien tan pequeña pudiera dar esos tipos de golpes, pero con terror recordó que este mundo era uno de fantasía y todo lo que parecía imposible sin lugar a dudas podía ocurrir.

“¡Ahhhhh! Esto no me está gustando nada. Me hace acordar a la misma situación que pasamos con Orbis. Literalmente me tuve que enfrentar a una mujer fuerte que tenía alas de ángel”, dijo con enojo Arabella, escupiendo sangre hacia un costado. El golpe había sido en el abdomen, por lo que si escupía sangre, entonces parte de sus órganos habían sido duramente alcanzados por la fuerza del ataque y ella lo sabía perfectamente.

“¡Estoy destrozada y eso que solo fue un tonto golpe!”.

Estaba muy enojada por haber recibido tanto daño con ese golpe. Levantó su mirada furiosa y observó a la mujer celestial de cabello estilo Zeta con negro por fuera y blanco por dentro.

“¡Perra, no pienso dejar que otra maldita clase de ángel me derrote de nuevo!”.

Con mucho enojo, se lanzó a correr en dirección a la ángel. Lo primero que hizo mientras aceleraba su paso e ignoraba el dolor interno, fue empezar a disparar a gran velocidad tres flechas simultáneamente y de forma consecutiva.

La ángel tenía una sonrisa confianzuda, así que sin temor corrió en dirección a las flechas que se dirigían hacia ella. Luego, como si solo se tratara de un juego, esquivó las nueve flechas, ya que ante sus ojos iban en cámara lenta. Y por si esto fuera malo para la sirvienta Arabella, su enemigo se acercaba hacia ella sin ningún problema. Sin embargo, con el pasar de los segundos, la que se llevó una gran sorpresa fue la mujer con alas, pues esas flechas que había esquivado volvían desde atrás para acabarla.

La mujer ángel no se esperó eso, pero esquivarlas una vez más no iba a ser tarea difícil. O eso pensó ella. Cuando las nueve flechas se encontraban cerca de golpear a la ángel, repentinamente cambiaron su velocidad, lo cual tomó por sorpresa al ser celestial e hizo que se viera obligada a hacer movimientos totalmente fuera de lo normal.

Arabella no pudo hacer nada más que abrir su boca de lo sorprendida que estaba del ángel tras esquivar nuevamente las nueve flechas con velocidad acelerada. Aunque esto no iba a quedarse así, tenía planeado algo más para poder lograr vencer a esta mujer celestial.

Mientras tanto, Zephy se encontraba preparando su magia para sacar a todos del lugar. Desde arriba pudo observar un poco la batalla entre gigantes y la de Arabella Vs. la mujer ángel. Al principio la batalla contra el ángel le pareció normal, sin embargo, a medida que la observaba con su tercer ojo, pudo ver que por todo su cuerpo no dejaba de desprender partículas mágicas de color dorado. Esto causó terror en Zephy, ya que al ver esa cantidad de partículas de mana doradas pegadas en su cuerpo, se dio cuenta de que la mujer con la que estaba luchando Arabella no era ni más ni menos que el ser que había lanzado ese inmenso ataque de mana que era capaz de destruir un reino entero.

“¡Así que esa mujer es la reina demonio del sur!” menciona con asombro Zephy.

“Aunque parece un poco contradictorio que lo sea alguien de la raza ángel”, dice confundido.

A continuación, agradece a todos en sus propios pensamientos que hayan aguantado lo suficiente, pero ya era hora de que se largaran de esta maldita guerra.

El niño con tres ojos levanta los brazos y se prepara para lanzar la magia espacial de gran escala que había estado preparando, pero...

Justo cuando estaba a punto de lanzarla, ve repentinamente cómo a unos milímetros aparece un portal obviamente lanzado con magia espacial y de él sale un brazo que intenta golpearlo.

Ante ese ataque, Zephy reacciona velozmente y logra alejarse simplemente por pura suerte. Una vez hecho esto, suspira.

“¿¡Eh!? ¿¡Qué se supone que es esto!?” menciona mientras veía cómo una mujer de cabello negro y reflejos violetas aparecía del portal.

Además de su cabello que llegaba hasta por encima de los hombros, en su cabeza tenía una corona roja y pequeña con dos cuernos en su punta, también tenía un objeto dorado y circular que no dejaba de flotar por encima de su pelo.

Zephy, al dejar de observarla, respira profundo y se llena de miedo al darse cuenta de que en ningún momento fue capaz de sentir la magia espacial lanzada en sus narices, ya que solo había reaccionado por sus sentidos y si no fuera por ello, ahora mismo sería difícil saber si seguiría vivo.

“¿Quién eres?” pregunta curioso y un tanto descolocado mentalmente.

La mujer se acomoda el poncho negro y la pollera larga del mismo color. Algo que llama la atención de Zephy es que la mujer tenga un brazo afuera del poncho, sin duda una forma rara de usarlo, piensa.

“Uhhh, hacía tiempo que no usaba magia espacial y por culpa de eso se me desacomodó toda la ropa”, expresa molesta.

Tras acomodarse sus prendas, mira hacia arriba con mucha frialdad y coloca su mirada sobre el niño de túnicas negras, alas oscuras y cola esquelética. “No es que me importe la etiqueta, pero deberías saber que antes de pedir el nombre de otros debes presentarte primero.”

Esa mirada fría y esos ojos rojos le hacen recordar a alguien y ese alguien le causan un terror tremendo.

“¡Waaaaa! ¡Ella es igual de idéntica que el maldito de Yossu!” murmura molesto, pero su rostro se torna dramático en el momento que la extraña aparece arriba suyo y le golpea con una fuerte patada.

El dolor había sido inmenso y no pudo gritar mientras caía hacia el suelo a una velocidad que no podía parar a pesar de que se tratara de su propio cuerpo.

-CONTINUARA-

 

 

Mi Reino Fue Transportado A Otro Mundo Parte 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora