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Jang Wonyoung

En este preciso momento, no sé qué mierda es lo que siento por An Yujin, pero si sé que las mariposas de la primera vez que la vi, seguían estando aquí.

Y luego de nuestra conversación, quedé aún más convencida. Una simple foto de ella con el cabello desordenado y unos estúpidos lentes, me hizo sentir cosas que nunca imaginé que volvería a sentir.

Me causa mucha curiosidad saber qué está pasando por su cabeza en este momento.

¿Será que su frágil corazón seguía esperando por mi?

Otra cosa que no es novedad, era yo metiendo la pata. De nuevo prometiendo sorpresas que no tenía ni contempladas.

Me gustaría llevarla a un lugar que sea importante para ambas, pero no se me ocurría otro que ese cine —el mismo que están demoliendo—.

Quizás si busco lugares interesantes para ir a pasear, se me refresque la memoria.

Y literalmente.

Paseo en bicicleta por el Rio Han, aburrido.

Noche de karaoke en una sala privada, un poco mejor pero no es suficiente.

Visita a una exposición de arte, no me tinca.

¿Parque de diversiones?

Ya habían pasado tres meses desde la primera vez que Wonyoung divisó a Yujin entre el montón de público. Increíblemente, al día de hoy, ellas disfrutaban de la compañía de la otra como nadie podría imaginar.

Gracias a la sopresa de Wonyoung, se habían acostumbrado a hablar todos los días. Incluso, a verse al menos una vez a la semana, aunque fuera para caminar hasta la parada de buses.

Hoy sería unos de esos días, pero Yujin quería que fuera distinto y ya tenía todo preparado para pedirle a Wonyoung que fuera su novia.

Para su suerte, salía más temprano que ella y alcanzó a ir a comprar una rosa azul antes de llegar por la mujer que tanto adoraba.

A penas Wonyoung la divisó, salió disparada hacia ella para darle un cariñoso abrazo. Pero Yujin no pudo corresponderle porque tenía escondida la flor tras su espalda.

WY: ¿Estás enojada?
YJ: ¿Qué?
WY: No me abrazaste.
YJ: Cierra los ojos.
WY: No quiero.
YJ: Pero no seas mañosa!

Wonyoung accedió a cerrar los ojos y Yujin aprovechó parar darle un besito en la mejilla. Por la vergüenza, no tuvo otra opción que taparse con la rosa mientras la menor le volvía a dirigir la mirada.

WY: ¿A qué se debe esto?
YJ: Tienes que acompañarme a un lugar primero.
WY: ¿A dónde?
YJ: Es sorpresa.

Yujin terminó por entregarle la rosa y entrelazó cuidadósamente los dedos de su otra mano para emprender la caminata.

El silencio era absoluto pero no incómodo. En el poco tiempo que llevaban conociéndose, ya estaban acostumbradas la una a la otra.

Wonyoung se sentía en las nubes, ya que llevaba unos treinta minutos caminando tomada de la mano con la mujer que le había robado el corazón.

Por otro lado, Yujin estaba más nerviosa que nunca y eso que ella pocas veces temía. Pero esperaba que todo saliera excepcionalmente bien tras la propuesta, porque sino, no se imaginaba una vida sin su Jang Wonyoung.

Ella había aparecido para alegrarle todos y cada unos de sus días sin pedir nada a cambio. Era imposible que no se enamorara de una chica que ha dado todo por ella desde el mismo instante que la conoció.

YJ: ¿A qué le tienes miedo?
WY: ¿Y esa pregunta?
YJ: Sólo dime...
WY: A la oscuridad y a las cucarachas.
YJ: ¿Y la altura?
WY: Ese miedo es para niños!
YJ: Menos mal.
WY: ¿Por qué?
YJ: Porque nos subiremos a esa rueda de la fortuna.
WY: ¿QUÉ?

Con tantas preguntas fue que Yujin alcanzó a distraerla en el momento perfecto y Wonyoung ni siquiera se percató que habían llegado a un parque de diversiones hasta que se encontraban en frente de la famosa rueda.

WY: ¿Por qué no me dijiste que veníamos para acá? Me hubiera arreglado más!

Wonyoung intentó mostrarse enojada, pero sólo logró hacer un puchero que conmovió a su cita.

YJ: Así ya te ves hermosa Wonyoungie...
WY: No me digas esas cosas!
YJ: Pero es la verdad! No tengo la culpa que te sonrojes por todo.
WY: Mejor subamos, tontita.

Yujin le entregó los tickets al señor que se encargaba de activar la rueda. Y luego procedieron a subirse —aún tomadas de las manos— y se sentaron a un lado de la cabina.

Se dedicaron unos minutos a mirar el paisaje y mientras caía el atardecer, Yujin se dió cuenta que era el momento perfecto.

La mayor soltó la mano de Wonyoung para sentarse de frente y volver a tomarla, pero esta vez sus dos manos.

WY: ¿Qué pasa?
YJ: Te quiero decir algo. Muy importante.
WY: Te escucho Yujinie...

A Yujin se le hacía imposible mirarla a los ojos, así que decidió comenzar a hablar inclinada hacia abajo —y con los ojos cerrados—.

YJ: No sé si sabías pero hoy se cumplen tres meses exactos desde que nos conocimos. Y bueno... en este tiempo han pasado muchas cosas. Desde que llegaste a mi vida me siento distinta, con más energía. Lo único que me motiva ir a la escuela es poder verte una vez se acaba. Incluso al despertarme sólo quiero que se haga de noche para escuchar tu voz.

YJ: Debo admitir que me enamoré de ti y realmente dudo que pueda existir un amor más puro que el que me haces sentir. Para mi, eres un ángel que vino a enseñarme cómo amar.

YJ: Espero no haber confudido las cosas entre nosotras y si no sientes lo mismo, lo aceptaré. Pero hoy te he traído hasta aquí para pedirte que seas mi novia...

Mientras la cabina seguía elevándose lentamente hacia el cielo, que ya estaba estrellado, y tras escuchar la bella confesión de su amada, Wonyoung sintió un impulso irresistible.

Sin decir una sola palabra, se acercó a Yujin, quien seguía con los ojos cerrados, para tomar su rostro e inclinar su cabeza hacia ella.

Los suaves labios de Wonyoung se encontraron con los de Yujin en un beso dulce, que acababa de responder sus dudas sin la necesidad de usar palabras.

Cuando se separaron, un brillo inigualable iluminaba los ojos de Yujin.

Y a la vez, el cielo se iluminó con los estallidos de unos fuegos artificiales, que ninguna esperaba. Pero ambas se sorprendieron y aprovecharon de compartir una timida sonrisa.

Toqué suavemente mis labios esperando revivir tal sensación.

Pero no fue posible.

Ahora entiendo porque el parque de diversiones se me hacía conocido.

Gone - AnnyeongzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora