Anna no sabe quién es, ni quién es su familia, pero lo descubrirá al viajar a Birmingham con su tutora y reencontrarse con su familia.
Anna Gray ~ Isaiah Jesús
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Anna giró a su derecha y encontró otra calle peatonal, pero esta calle no estaba tan llena de gente como las otras. Caminó más antes de ver un letrero encima de una puerta.
— Compañía Shelby... — Anna leyó el cartel.
Como Anna era conocida por la curiosidad, que a menudo también la metía en problemas, decidió acercarse a la puerta. A través de las ventanas, Anna pudo ver que había gente dentro. Sus siluetas se podían ver a través de las ventanas del edificio. Eran altos y bajos, pero eso era todo lo que Anna podía distinguir debido a las cortinas que cubrían las ventanas.
Cuando estaba a punto de llamar a la puerta, ésta se abrió de golpe y un fuerte parloteo invadió la calle.
— ¡Ay Isiah! Si sigues así, se te caerá la puta nariz — se rió un joven a quien Anna reconoció.
— ¡Cállate, Finn!— Isiah ladró pero con buenas intenciones; no parecía enojado sino casi divertido.
Los dos jóvenes tropezaron en la calle con pasos pesados y descuidados. Tenían la ropa de ayer que usaron en la boda, pero claramente habían perdido sus blazers en algún momento. Ninguno de los dos notó a Anna, pero estaba segura de que realmente no podían reconocer ni ver nada con esa nube de humo a su alrededor.
Anna respiró hondo, enderezó la espalda y caminó tras ellos.
—¿Señor Jesús?— dijo Anna.
Ambos hombres se detuvieron y se dieron la vuelta.
Isiah frunció el ceño de inmediato; no esperaba ver a Anna cerca de Watery Lane. Ella no le parecía una persona que simplemente iba a dar un paseo por un lugar como Watery Lane. Anna era una chica elegante, al menos eso parecía desde fuera.
— ¿Quién es ella? —Preguntó el otro chico, Finn, o al menos así lo había llamado Isiah justo antes.
— La vi en la boda— dijo Isiah y se acercó a Anna, su amigo siguió su ejemplo.
Isiah no recordaba el nombre de Anna, Anna podía decirlo.
— Es Anna, Anna Bennett — dijo Anna para recordarle a Isiah.
— Correcto— dijo Isiah. — Lo habría recordado, pero umm... ha sido un día largo.
Anna inclinó la cabeza hacia la derecha. — Aún no son las dos de la tarde, señor Jesús.
— Sí, bueno, entonces ha sido un día y medio largo — dijo. — ¿Qué estás haciendo aquí exactamente? No me malinterpretes, pero realmente no pareces alguien que pase su tiempo libre caminando por Watery Lane.
