Anna no sabe quién es, ni quién es su familia, pero lo descubrirá al viajar a Birmingham con su tutora y reencontrarse con su familia.
Anna Gray ~ Isaiah Jesús
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Con los años, Anna ha aprendido a guardarse las cosas para sí misma. Entonces, cuando Polly le preguntó si algo andaba mal, no tuvo problema en decirle una mentira. Aunque a Anna realmente le gustaba Polly, extrañaba a Margot y a Londres. Se sintió mal por sentirse así, ya que estaría traicionando a Polly por extrañar a Margot.
Debido a que Polly estaba tan decidida a hacer que Anna se sintiera parte de la familia, Anna se volvió cada vez más distante, si es que eso era posible. Hizo todo lo posible para evitar a Polly, aunque eso era muy difícil y casi imposible; Polly estaba muy apegada a Anna y no podía culpar a su madre por ello.
Anna pasaba sus días leyendo libros, ignorando a Polly y sus ideas de reuniones familiares "divertidas". Y hasta ahora, Anna se las ha arreglado para ignorar a Michael por completo.
Ella no tenía nada contra él y no merecía sus sospechas en lo que respecta a su identidad. Pero esto no significaba que quisiera tener una conversación completa con él cuestionando su identidad, ya que no tenía ninguna prueba más que su horrible historia de vida y su marca de nacimiento.
Pero ahora Polly había logrado arrastrar a Michael para que conociera a su hermana y Anna estaba más nerviosa que nunca.
- Realmente no necesitamos hacer esto- dijo Anna, moviendo los dedos mientras se sentaba en un sillón.
Polly negó con la cabeza.
- Él no confía en mí. Lo entiendo- le recordó Anna a su madre.
- Él sólo tiene que verte y lo sabrá- dijo Polly.
Anna frunció levemente el ceño. -No te diste cuenta de que era yo hasta que Isiah decidió abrir la boca y contar una historia.
Esto tocó una fibra sensible, Anna lo sabía. La forma en que el rostro de Polly vaciló se lo demostró a Anna.
-Creí que estabas muerta- dijo Polly, cada palabra tenía un sabor amargo en la boca. -No puedes culparme por no darme cuenta.
-No te culpo- dijo Anna. -Sólo estoy señalando que no es culpa de Michael si no me reconoce o no cree en esto.
Polly no dijo nada y cruzó la habitación. Parecía como si se estuviera mordiendo la lengua, guardándose sus verdaderos sentimientos y pensamientos para sí misma. Anna lo apreció, pero no ahora: quería saber qué estaba pensando Polly.
- Puedes decirlo- dijo Anna en voz baja. -Tienes algo que decir.
Pero ella no obtuvo respuesta.
-Polly- dijo Anna.
El nombre volvió a picar como una abeja en un día de verano. Fue como una congelación durante una fría mañana de invierno.
-¿Estás feliz de estar aquí?- Preguntó Polly y, aunque Anna se alegró de estar hablando ahora, no le gustó la pregunta.
