Anna no sabe quién es, ni quién es su familia, pero lo descubrirá al viajar a Birmingham con su tutora y reencontrarse con su familia.
Anna Gray ~ Isaiah Jesús
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Era justo decir que desde la muerte de Grace Shelby, las cosas en Small Heath Birmingham han sido bastante difíciles. Thomas se había emborrachado por el alcohol y las malas decisiones. Era casi imposible estar con él y todos lo entendían y sentían simpatía por él: acababa de perder a su esposa. La gente apenas había visto a Thomas, sólo los miembros de su familia sabían dónde estaba.
—¿Entonces se ha vuelto loco?— Isiah preguntó cuando él y Michael entraron a un pub.
Michael se encogió de hombros. — Un poco. A veces finge que no pasó nada. Luego cae en una espiral depresiva. Mamá está un poco preocupada.
—Tu mamá siempre se preocupa— dijo Isiah.
Michael tragó pero dejó sus pensamientos a un lado. Saludó al camarero que les sirvió dos vasos de whisky en poco tiempo. Ser un Shelby o un amigo cercano suyo realmente valió la pena en un lugar pequeño como Small Heath, Birmingham.
Michael pidió otro vaso y lo bebió sin pensarlo dos veces una vez que lo consiguió; Isiah juró que Michael se estaba convirtiendo en Thomas. Además de la situación actual de Thomas, parecía haber algo más que molestaba a Michael. .
— De todos modos, ¿qué hay de ti? Te vi con esa heredera un par de veces— dijo Michael.
Isiah puso los ojos en blanco. — Eso no fue nada. Creo que ya se fue a Londres. Era realmente extraña.
— Parecía un poco rara, sí— coincidió Michael.
— Pero al parecer no soy el único que piensa eso. Ella me dijo que algunos la acusaban de ser descendiente de brujas por su marca de nacimiento— explicó Isiah distraídamente.
Los dos amigos hablan un poco más. Hablaron principalmente sobre la muerte de Grace y los Changretta, y la posible guerra entre ellos. Small Heath iba a ser un campo de batalla y lo sabían: había comenzado en el momento en que dispararon a Grace o incluso antes.
Después de una o dos horas, Michael llamó a su conductor para que los llevara a él y a Isiah a la casa de su madre; ninguno de los dos jóvenes estaba en condiciones de conducir sin golpear a nadie ni a nada.
Polly no estaba en casa cuando Michael e Isiah llegaron allí. Había dejado una nota diciéndole que regresaría pronto. Los dos amigos se dirigieron al salón, tropezando ligeramente con sus pasos antes de sentarse en el suelo.
Los niños escucharon que la puerta principal se abría y cerraba, lo que significaba que Polly había regresado a casa. Michael se maldijo levemente: a su madre no le gustaba que bebiera durante el día. Al parecer, a Polly le recordó a su difunto marido, que pasó sus últimos días bebiendo sin importar la hora del día.
