🕸️Capitulo 9🕸️

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El amanecer pintaba el cielo con tonos anaranjados y rosados, mientras los primeros rayos de sol se filtraban entre las nubes dispersas, iluminando suavemente el paisaje que se extendía ante Selene

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El amanecer pintaba el cielo con tonos anaranjados y rosados, mientras los primeros rayos de sol se filtraban entre las nubes dispersas, iluminando suavemente el paisaje que se extendía ante Selene. Cada detalle del entorno parecía cobrar vida con la llegada del nuevo día, pero el corazón de Selene seguía pesado con la tristeza y la desolación que había experimentado en las últimas horas.

El suave susurro del viento acariciaba su rostro, como si intentara consolarla en su dolor. Los pájaros cantaban melodías reconfortantes mientras surcaban el cielo, añadiendo una sensación de calma y serenidad al ambiente. Sin embargo, el eco de la tragedia aún resonaba en los rincones de su mente, recordándole la brutal pérdida que había sufrido.

Los árboles se mecían suavemente con la brisa matutina, dejando caer algunas hojas que danzaban en el aire antes de posarse en el suelo. Cada hoja parecía llevar consigo un susurro de melancolía, como si el propio bosque compartiera el duelo de Selene por la pérdida de su madre.

Con cuidado y ternura, Selene sostenía a la pequeña Ume en sus brazos, observando con amor el rostro tranquilo y sereno de la bebé. Aunque su corazón seguía afligido, una chispa de esperanza comenzaba a brillar en su interior al contemplar la nueva vida que tenía entre sus manos.

El paisaje, a pesar de su belleza indiscutible, estaba impregnado de una sensación de vacío y desolación. Cada elemento parecía recordarle la tragedia que había ocurrido la noche anterior, haciendo que el duelo de Selene fuera aún más palpable.

A medida que caminaba, con pasos lentos y deliberados, Selene se aferraba a la promesa de un futuro mejor para ella y para Ume. A pesar del dolor y la tristeza que la envolvían, estaba decidida a brindarle a su hermana menor un hogar lleno de amor, cuidado y protección. Porque incluso en medio de la oscuridad más profunda, siempre hay un rayo de esperanza que ilumina el camino hacia adelante.

El suave susurro del viento acariciaba el rostro de Selene mientras caminaba, como si la naturaleza misma intentara consolarla en su dolor. El verde intenso del bosque se veía iluminado por los primeros rayos de sol que se filtraban entre las ramas, creando un espectáculo de luces y sombras que contrastaba con la pesadez de su corazón.

Cada paso que daba era un recordatorio del nuevo papel que había asumido en la vida de Ume, una responsabilidad que pesaba sobre sus hombros como una carga imponente pero necesaria. Aunque el duelo aún la envolvía, Selene encontraba fuerzas en la mirada tranquila y serena de la pequeña que llevaba en brazos. Era como si Ume fuera un faro de esperanza en medio de la tormenta que había sacudido su mundo.

El canto de los pájaros se entrelazaba con el murmullo del arroyo cercano, formando una sinfonía de sonidos que llenaba el aire y acompañaba el camino de Selene. Cada trino parecía transmitir un mensaje de esperanza y renovación, recordándole que la vida seguía adelante a pesar de las adversidades.

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