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Sonrisas, era lo único qué había en los labios de ese hombre, mientras sentía qué lo evitaba, ¿Estaba confundiendolo?, no comprendía, el motivó por el cual no le hablaba, lo estaba poniendo nervioso.

Un collar, con la inicial de su profesor, un escalofrío recorrió su espalda, realmente ni el comprendía, ¿Cuánto más iba a marcar territorio?

Ahora sí no podía evitar sonreir, no lo dejaría de hacer tampoco, ya qué notaba la satisfacción de su mayor.

"Amar", "obsesión", "vacío", podía sentir tantas cosas, pero cuándo el le decía que lo amaba, le creía, sentía qué podía creerle, le encantaba la forma en qué lo decía, no le importaba qué su graduación fuera pronto, se sentía bien teniéndolo a su lado.

El debía mantener distancia con todo él mundo, pero también quería que su profesor la tenga también, no le agradaba cuándo alguien estaba tan cerca de el, nunca le gustó.

-Profesor William, el padre de Mateo vino a hablar con usted, está en su oficina.

Siempre le sonreirá de esa forma a su mayor, podía notar el brillo en sus ojos, porque sabía qué le estaba agradeciendo.

Tocarse con el abrigo del adulto, no podía evitarlo, pero al mismo tiempo no era suficiente, necesitaba de el.

Llamarlo en plena madrugada, sabía lo qué estaba provocando, pero sabía qué siempre tendría una respuesta a todo lo qué el quiera.

-Buen chico, David, quedarás tan secó, te desmayaras de tantos orgasmos, qué no te saldrá nada más.

Las rondas comenzaron, la rudeza en su interior no se comparaba a nada de todo lo qué habia pasado todo este tiempo, le encantaba, podía volverse loco incluso, quería más, porque solamente eran el y su profesor.

Le encantaba bromear pero sabía qué debía tener limites, porque decirle "señor" podía ser arriesgado y a el le encantaba arriesgarse.

Algunas veces no entendía del todo al mayor, el podía saber cosas sin qué el le dijera, era extraño, ¿Orquídeas?, ¿Cómo lo supo?

Adicción era lo único que resonaba en su cabeza por las noches, al poder hablar con el adulto, debía tranquilizarse, pero algunas veces, simplemente no podía mantener la calma.

Robaron su bolso, estaba manteniendo toda la calma, estaba bien, estaba tranquilo, solamente fue al baño y se sintió mal por un momento, nunca le gustaron las bromas, nunca, las odiaba, y más cuándo solamente eran robos. Aunque, su mayor, lo había recuperado, limpio sus lágrimas y lo beso de la manera más dulce, no había nada sexual en ese beso, simplemente había comprensión por un momento, se había enamorado más de lo qué no podía.

Lo admitía, el olor de William era demasiado adictivo, cada ves qué el olor llegaba a sus fosas nasales le encantaba.

La curiosidad podía matarlo lentamente, pero su profesor sabía qué debía contestarle, antes de qué lo único qué salga de sus labios sea la curiosidad. Podía callarse, debía callarse, le encantaba escuchar cómo indirectamente lo callaba.

Algunas veces lograba sentir miedo, al pensar de qué alguien podía descubrir todo, pero sabía, qué las palabras de su adulto lo ayudaban a calmarse, así qué debía confiar cómo nunca lo había hecho en su vida.

Cada ves menos, 4 meses para su graduación, todo lo qué quería era qué el mayor estuviera con el.

Era verdad, no hablaba demasiado de su ninez y algunas veces cuándo lo hacía era qué se sentía bien con esa persona, también, su madre siempre salia por la tarde y regresaba a cualquier hora en la madrugada, el quedaba sólo, algunas veces escuchaba cómo traia a cualquier hombre a la casa, hacía un escándalo cuándo llegaba ebria, gritandole cosas qué le dolían pero no debía llorar, dormía en su suelo frío del pequeño departamento, siempre alerta a todo lo qué pasará, hasta qué cumplió 17 años, hartandose de todo, se fue de allí, siguió sus estudios, mejoró aún más sus calificaciones, llenó esa parte de el para si mismo, sintiendose vivo por una ves en su vida y luego, llegó William, haciéndolo sentir especial y el permitiendole todo.

Las miradas intentas, en medio de las clases, nunca faltaba, su profesor sabía qué lo estaba viendo, lo miraba de forma intensa, arregló su camisa discretamente y pudo notar cómo continúa la clase, cómo sí nada hubiera pasado.

Aprovecharía lo suficiente los ultimos 4 meses en la universidad, porque luego pasarían cosas, ni siquiera el sabía lo que pasaría, pero lo único qué quería, era estar con el mayor.

¿Trató amable? [Finalizada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora