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«THE BOY WITH THE DRAGON TATTOOS (PART II)»

°°°°°°°°[ 유마크 ]°°°°°°°°

Calidez.

Era algo que Yuta casi olvidó cómo se sentía, y nunca imaginó que tendría la oportunidad de sentirlo nuevamente. Y, sin embargo, fue lo único que sintió cuando estaba recuperando la conciencia.

Al principio, todo estaba borroso, sólo luces cálidas y anaranjadas que lo rodeaban. Yuta pensó vagamente que había llegado a las puertas celestiales.

-Hola cariño, ¿te sientes mejor?- Una voz dulce y suave sonó a su lado. Le recordaron a Yuta las campanas de la iglesia. Antes de que su visión recuperara por completo, inconscientemente notó que llevaba un suéter tejido a mano y una manta sobre él. Era extraño, no le resultaba familiar. Inclinó la cabeza hacia la fuente del sonido y fue recibido por una mujer de unos 30 años. Llevaba un suéter trenzado y el pelo largo recogido en una prolija cola de caballo. Ella se veía... bien.

Pero Yuta sabía hasta qué punto las apariencias engañan. Había conocido a tanta gente que había intentado hacerle daño. Y esta mujer bien podría ser una de ellas. Entonces, Yuta decidió hacer lo que pensó que era mejor para él. Saltó de la cama, gateó y se escondió en algún lugar debajo del marco de la cama. De esa manera, ella no podría lastimarlo.

La mujer, para su sorpresa, no hizo nada al respecto. Ella no le gritó por su desobediencia, no lo obligó a salir y no lo golpeó ni lo golpeó. En cambio, se dejó caer sobre el suelo de baldosas de madera y se sentó allí. Por un tiempo, todo lo que Yuta pudo ver fue su torso y su vestido floral blanco y rosa. Y cuando determinó que ella no lo haría, o que no había decidido hacerle daño, permitió que sus rígidos músculos se relajaran.

-Está bien- la escuchó decir, era muy suave y muy agradable para sus oídos. -Tome su tiempo. Sólo debes saber que nada aquí te hará daño.

Aun así, Yuta no abandonó su lugar. Se acostó boca abajo y esperó a que ella se fuera. Pero ella no lo hizo. Ella se sentó justo a su lado, y cuando Yuta se dio cuenta, se había quedado dormido.

Sol a través de la ventana. Flores junto al alféizar de la ventana. Fotos en las mesas. Y comida en la bandeja frente a él. Había estado despierto por un tiempo, pero decidió tomarse su tiempo para admirar todas estas bellezas que nunca antes había tenido la oportunidad de mirar. Vaya , la comida huele deliciosa. Pero Yuta no se atreve a tocarlos. No quería comer comida que no fuera suya. Al cuarto día que fue capturado por la organización, fue castigado una vez por robar comida a los guardias. Había estado muriendo de hambre y había vomitado la mayoría de las cosas que se vio obligado a consumir. El guardia principal que lo había atrapado casi se rompe los dedos pero Natsuki logró convencerlo de que lo dejara en paz.

-¡Cómelos, son para ti!- Escuchó decir a la mujer. Ella estaba parada junto a su puerta, mirándolo con una sonrisa maternal. Extrañaba a su madre. Y quiso abrazarla de nuevo. Entró en la habitación con una taza en la mano y la colocó en la bandeja frente a él. -Es chocolate caliente. Son los mejores para el invierno.

Yuta todavía no tocó la comida. El tiene hambre. Y él tenía muchas, muchas ganas de comérselo. Pero la presencia de la mujer lo estresó y asustó. Como si ella fuera a hacerle algo si él no cumplía.

-Come tu desayuno, cariño. La comida no sabe bien si está fría-Ella le sonrió, le revolvió el pelo suavemente y salió de la habitación tan rápido como llegó. Tan pronto como la puerta se cerró detrás de ella, Yuta engulló la comida como un loco. Había estado muriendo de hambre durante meses y esta era la primera vez en mucho tiempo que tenía comida decente.

𝐤𝐢𝐬𝐬 & 𝐦𝐞𝐥𝐭 𝐚𝐰𝐚𝐲 »yumark«   [Traducción]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora