𝐁𝐔𝐒𝐓𝐄𝐑×𝐅𝐀𝐍𝐆 | ❝ Fang se metió en un pequeño problema, y ahora por azares del destino tiene que conseguir una pareja falsa para mantener su orgullo y dignidad intactos, sin embargo ¿Quién podría estar dispuesto a actuar junto a él el tiempo...
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Un sentimiento raro lo había estado invadiendo en los últimos días. Uno el cual le era difícil describir, era casi inexistente, pero al mismo tiempo, siempre estaba ahí. Presente.
Echado nuevamente en su cama y mirando al techo sin un punto fijo, pensaba sobre todo lo que pasó a lo largo de estos días, y del como tanto buenas como malas decisiones lo habían llevado hasta dónde se encontraba ahora.
Confundido.
Se sentía confuso sobre la mayoría de cosas que habían estado pasando junto a él y Buster, y también el como sus sentimientos lo comenzaban a hacer sentir hostigado, pareciendo tener algo oculto que ni él mismo se explicaba que era.
Últimamente estar cerca de su amigo ya no era lo mismo. Y a pesar de que aquello siempre había sido una señal de seguridad para él sin mencionar que también signicaba algo importante por la confianza mutua se que tenían, simplemente ya no lo era.
No es que lo estuviera expresando en un sentido negativo. Siempre que estaban juntos podían hacer alguna estupidez, pero las risas nunca faltaban.
Siempre que algo malo pasaba, ambos estaban ahí el uno para el otro, apoyándose, los dos chicos siempre se vieron involucrados en la vida del otro desde muy pequeños, y eso hizo que aquel vínculo fuera no solo especial, si no también único para ambos. Único para Fang.
Porque para Fang, no había nadie en el mundo igual a Buster.
A pesar de que el pelinaranja siempre había sido una persona tranquila, de alguna forma lograba complementarse con la personalidad caótica e hiperactiva de Fang, que siempre estaba ahí presente incentivandolo a hacer cosas nuevas, eso y mucho más hacia que su amistad fuera mucho más única y especial de lo que ya era.
Hablando de Buster...
En todos los buenos momentos que le pasaron a lo largo de su vida, siempre recuerda tenerlo presente ahí.
En cada uno de sus cumpleaños, en cada evento importante para él, incluso la vez en la que se le declaró a Shelly con un cartel (el cual ambos se desvelaron haciendo toda la madrugada) y esta al final lo rechazara. Siempre estuvo ahí, en cada momento de su vida. Buster lo acompañaba.
Y ahora tampoco era la excepción.
Buster había aceptado formar parte de este radical plan suyo que, a pesar de que en su mente sonaba ingeniosa, resultó ser una completa farsa, ya que al final todo pareció salir completamente lo contrario a lo que esperaba.
Incluso había pegado malos hábitos, como el de apegarse al brazo del pelinaranja en ocasiones que se encontraba nervioso.
Ni siquiera estaba seguro del porque cuando Buster ponía su mirada en él su corazón comenzaba a latir de forma tan acelerada.
Le pasó una vez mientras jugaban con Maisie...
Se suponía que tenía que pasarle el balón, pero se distrajo buscando con la miraba al pelinaranja, nisiquiera él recuerda la razón lo la que lo estaba haciendo.
