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El aire era pesado, todo al rededor era cubierto por unas grandes flamas de fuego que con cada segundo que pasaban iban aumentando su tamaño. En el medio de todo eso se encontraba aquella joven de cabellos dorados, estaba desorientada, no sabia que hacia ahí o como había llegado, lo único que sabia era que tenia que salir de aquel lugar rápido o sino terminaría calcinada.
Kaili caminaba con dificultad, su pecho dolía y su garganta estaba reseca, le costaba respirar con normalidad, se estaba hiperventilando. En lo que caminaba con dificultad un ruido fuerte se hizo presente, pero antes de que ella se diera cuenta un gran pilar de madera se había caído sobre ella, un gran trozo del techo se derrumbo y era aquello lo que Kaili tenia sobre ella. Aquel dolor del pecho aumentaba con cada movimiento que hacia debajo de aquellos escombros que iban escalando, todo aquello sumado con el humo que le impedía respirar con normalidad.
Ya se estaba dando por vencida, pero de la nada una mano negra apareció frente a ella, con dificultad saco la su brazo que estaba atrapado sobre aquel gran pilar de madera y agarro la de aquel desconocido, de un tirón fue liberada. Trato de respirar para recuperar las energías, pero en cambio fue remplazado por un gran ataque de tos. Con debilidad levanto la mirada, pero lo único que logro ver fue una silueta roja, su rostro estaba borroso, pero logro reconocer unas orejas de animal. Una gran risa se empezó a escuchar y un escalofrió subía desde lo mas bajo del cuerpo de aquella joven. Algo no estaba bien, sabia que algo malo pasaría.
Y no fue de esperar ya que antes de ella dijera algo sintió como un punzante dolor se hizo presente en la parte de su cuello hasta la clavícula, aquella cosa la había mordido, pero eso no fue lo peor, un dolor mas fuerte se hizo presente, sentía como los dientes afilados se hundían cada vez mas en su piel, de ahí sintió un tirón. El liquido caliente bajaba por montones, Kaili trataba de gritar, pero la voz simplemente no salía.
Aquel ser se la estaba comiendo viva, un gran charco de sangre los rodeaba y aquella joven lo único que hacia era gritar, pero la desesperación era inmensa ya que de ella no salía ni un sonido.
Cuando aquel ser se aburrió de comer la carne de la pobre joven la soltó, ella cayo de un solo golpe al piso, manchándose en su propia sangre, aun veía aquella silueta color roja, la cual, poco a poco se acercaba a ella, esperaba lo peor y así fue. Sintió unas dos manos agarrar su cabeza, unas dedos se posicionaron en sus ojos y una presión empezaba a manifestarse, el miedo y dolor combinado se hicieron presentes, esta vez un grito de dolor salió de su garganta.
De un grito se levanto de la cama, confundida Kiali miro a todos lados, estaba en su habitación, aun era de noche. Ella se encontraba asustada, de su frente escurría sudor y su respiración era agitada. Sin duda alguna ese fue uno de los peores sueños que había tenido.
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