¿𝓠𝓾𝓲é𝓷 𝓮𝓻𝓮𝓼 𝓽𝓾?
Aquel anhelo desesperado para que las cosas fueran mas fáciles estaban en la mente de aquella joven, desesperada miraba a la persona que tenia enfrente, viejo como el roble y con bastón en la mano, con unos ojos undidos, pero con sonrisa amable. Aquel señor le abalaba tranquilamente a Kaili, quien hipnotizada lo escuchaba, su voz gruesa pero malgastada le contaba cosas de otro mundo. Así estuvieron un largo tiempo, en aquel bosque, sentados en un tronco viejo.
- Puedo verlo en tus ojos, has sido lastimada un par de veces -
Un silencio acompaño después de aquellas palabras del mayor, el corazón y estomago de la joven se apretaban, su garganta se contrajo evitando que alguna palabra saliera con claridad, no sabia que hacer.
- Tengo el antídoto perfecto para curar un corazón de piedra -
Aquel señor se había levantado y buscaba algo entre los bolsillos de su saco, cuando lo encontró sacaría una pequeña caja de terciopelo color esmeralda, con cuidado se la entregaría a la joven, ella dudosa la agarraría y abriría con delicadeza la tapa. Pequeñas pastillas rojas en una gran caja, el mayor, con toda la tranquilidad del mundo agarraría unas cuantas pastillas, y las mostraría con detalle alguno.
- Esto pueden hacer maravillas, pueden hacerte una mejor persona -
Los ojos de la joven lo miraba con detalle, era hipnótico, la forman en que hablaba, el como se movía.
- Te pueden llevar al nirvana con facilidad -
Una sonrisa amable mostraría bajo esa barba peinada refinadamente. Dejaría las pastillas en su mano libre dejando que Keili las mirara. Debería haber sabido que algo andaba mal cuando la sonrisa de aquel hombre se hacia mas grande, pero luego que dejara tan perpleja a la joven se volteo y dijo.
- Una para adormecer la herida, dos para olvidar el dolor, tres para despejar tu mente, olvida todo el odio, tómalas como te aconsejo, no mas de lo prescrito, varias semanas después estarás bien otra vez -
Calor, eso sintió la joven rubia al escuchar aquellas palabras, un calor potente y se expandía por todo su pecho. Pero antes de que Kaili dijera palabra alguna aquel señor ya se estaba retirando. Debatida se iría a su casa, con el corazón confundido, no sabia que hacer exactamente, con un debate mental se acercaría a aquella caja y agarraría tres pastillas, y sin pensarlo tomaría aquella dosis, Después de todo ¿Qué podría perder?
Uno, dos, tres minutos habían pasado y Kaili ya se encontraba en las nubes, bañándose en aquel sueño plagado de alegría ilimitada, una escoba mágica en un paseo de alfombras. Antes de caer de la cama Kaili intento repetir las palabras que dijo.
- Una para adormecer la herida, dos para olvidar el dolor, tres para despejar tu mente, olvide todo mi odio ¿Qué dijo después? olvide el resto , pero varias semanas después estaré bien otra vez -
Una tras otra pastilla, excediendo lo dicho, Kaili estaba en un estasis de felicidad y sin preocupaciones.
- Una para adormecer la herida, dos para olvidar el dolor, tres para despejar tu mente, olvide todo mi odio, cinco nunca podrían hacer daño -
Manos temblorosas agarraban aquella caja de terciopelo y pastilla tras patilla salían de ella.
- Solo para calmar mis nervios, varias semanas después estaré bien otra vez -
Kaili ya no estaba en sus cinco sentidos, ahora todo su ser estaba sumido en aquellas pastillas que ocultaban la dura realidad que pasaba a su alrededor. Los días pasaban, pero la joven con cada día su salud empeoraba, necesitaba conseguir una recarga para ahuyentar el mal, a todos los susurros de su cabeza. Intento buscar al hombre, toco su puerta varias veces pero sus vecinos decían que nadie vivía allí, así que todos sus días, solo desenfocadas en una neblina iban en una numeración de palabras hipnóticas.
- Una para detener los escalofríos, dos para olvidar el dolor, tres para lavar mi culpa, olvido toda mi vergüenza, cinco nunca podrían hacer daño, seis no podrían ser peor, siete días han sido, aquí vamos de nuevo -
Kaili caminaba tranquilamente por las calles del infierno mientras contaba hasta seis, se le veía destruida, los demonios que pasaban a su lado la veían con tremenda fascinación, curiosidad, deseo. Pero ninguno se acercaba a ella, tenían miedo de aquella sombra que la seguía por las sombras.
Murmullos llegaron a los oídos de la joven demonio, pero no los entendía con claridad, todos aquellos murmullos solo decían que la primogénita había llegado, pero para Kaili solo eran palabrerías. Pero antes de poder preguntar por ello una mano la detuvo.
- ¿Kaili? ¿Tu eres Kaili? -
La joven al darse vuelta miraría a un sujeto, era de estatura baja y tenia una vestimenta blanca. Algo que le llamo la intención fueron algunas similitudes con la apariencia que tenia ella, tanto por el tono del cabello, por la piel, los ojos.
- ¿Quién eres tu?
Su voz salía tranquila, no estaba a la defensiva, se sentía calmada y relajada frente a el. Iba a preguntar otra vez, pero las palabras se quedaron atrapadas al sentir unos brazos que la rodeaban, un calor cálido la engatuso, un calor que no había sentido desde años atrás.
- Estas aquí, por fin estas aquí -
Lagrimas empezaron a salir de los ojos de Kaili, su corazón se apretaba al escuchar la sollozante voz de su contrario. Había demorado en corresponder el abrazo, pero cuando lo hizo sintió una alegría inmensa llenar cada parte de su ser, duraron así unos minutos hasta que el hombre se separara de ella, con delicadeza secaba las lagrimas del rostro de la joven y le daría una sincera sonrisa.
- Te espere por años, y ahora estas aquí -
- No entiendo nada de lo que esta pasando -
La voz de Kaili salía entre sollozos y nuevas lagrimas salían de sus grandes orbes, sus pupilas estaban de un color plateado brillante y se podía ver lo conmocionada que estaba en esos momentos.
- Tranquila, yo te responderé a todas tus preguntas -
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𝑬𝒗𝒊𝒍 𝑳𝒊𝒆𝒔 ⚕︎ 𝗔𝗹𝗮𝘀𝘁𝗼𝗿
Fanfic˗ˋ 🍒 ˊ˗ - ᴇsᴛᴏ ᴇs ᴍᴀ́s ᴄᴏᴍᴘʟᴇᴊᴏ ᴅᴇ ʟᴏ ǫᴜᴇ ᴛᴜ ᴄʀᴇᴇs. ˗ˋ 🍒 ˊ˗ - ᴀʟᴍᴇɴᴏs ᴅɪᴍᴇ ǫᴜᴇ ʟᴏ ʜɪᴄɪsᴛᴇ ᴘᴏʀ ǫᴜᴇ ᴍᴇ ᴀᴍᴀʙᴀs, sᴏʟᴏ ᴇsᴏ. ˗ˋ 🍒 ˊ˗ - ʏᴏ... ʏᴏ ɴᴏ ᴘᴜᴇᴅᴏ ᴄᴏɴғɪᴀʀ ᴇɴ ᴛɪ ᴅᴇsᴘᴜᴇ́s ᴅᴇ ʟo ǫᴜᴇ ᴍᴇ ʜɪᴄɪsᴛᴇ. ˗ˋ 🍒 ˊ˗ - ɢᴀɴᴀʀᴇ́ ᴛᴜ ᴄᴏɴғɪᴀɴᴢᴀ, ɴᴏ ᴍᴇ ɪᴍᴘᴏʀᴛᴀ sɪ...