Capítulo 41

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Azura y Orm salieron del mar, dejando atrás las olas que danzaban en la costa. Mientras el agua se deslizaba de sus cuerpos, Orm observó el paisaje que se extendía ante ellos, un horizonte salpicado de recuerdos y posibilidades.

Mientras Azura caminaba hacia la casa, Orm la siguió con la mirada, contemplando su determinación y su fuerza interior. Había algo en ella que lo inspiraba, algo que le recordaba la importancia de seguir adelante, incluso cuando el camino parecía incierto.

El brillo del sol reflejaba en el agua mientras se adentraban en la orilla, iluminando su camino con una luz dorada. Por un momento, el mundo parecía detenerse, y Orm se permitió sentir la calma que emanaba de aquel lugar, un remanso de paz en medio del caos del mundo exterior.

Azura se giró y miró a Orm, quien estaba absorto en la contemplación del lugar. En el silencio que los rodeaba, se percibía una sensación de serenidad y reflexión. Sus miradas se encontraron, comunicando más de lo que las palabras podrían expresar.

En aquel instante, Azura captó la profundidad de la mirada de Orm, la mezcla de determinación y melancolía que parecía habitar en sus ojos. Había un mundo de emociones en su mirada, un reflejo de los desafíos enfrentados y los sueños acariciados.

Orm notó la mirada de Azura y le dedicó una sonrisa llena de calidez y complicidad. Sus ojos transmitían un entendimiento profundo y un vínculo compartido que superaba las palabras. Con paso decidido, Orm se acercó a ella, sintiendo la conexión que los unía más fuerte que nunca.

Con una sonrisa que reflejaba complicidad y confianza, Azura devolvió la mirada a Orm y extendió su mano hacia él. Orm, sintiendo la calidez de su gesto, tomó su mano con firmeza, aceptando el guiño silencioso hacia un nuevo camino juntos.

Azura abrió la puerta de la casa y juntos ingresaron, adentrándose en el espacio familiar que se extendía ante ellos. Orm dejó que su mirada vagara por cada rincón del lugar, absorbiendo los detalles y las impresiones que lo rodeaban.

Orm notó los pequeños detalles: los cuadros en la pared, los libros en la estantería, los objetos dispersos que hablaban de una vida vivida con felicidad y amor. Cada elemento parecía contar una historia, invitando a Orm a sumergirse en el pasado y el presente de aquel hogar.

Azura observó con ternura cómo Orm exploraba cada rincón de la casa con una curiosidad palpable. La mirada de Orm estaba llena de asombro y fascinación, como si cada detalle del lugar despertara su interés y lo invitara a sumergirse más profundamente en su nuevo entorno.

Era evidente que Orm estaba absorbiendo cada aspecto de la casa, captando la esencia de su nuevo hogar compartido con Azura. Sus ojos brillaban con una mezcla de emoción y anticipación, como si estuviera descubriendo un mundo nuevo lleno de posibilidades y promesas.

La mirada de Orm se detuvo en un cuadro de foto que capturaba una escena de una pequeña familia. Sus ojos se posaron en la imagen con una mezcla de nostalgia y curiosidad, mientras absorbía los detalles de la fotografía.

En la imagen, una familia sonreía frente a la cámara, emanando una sensación de alegría y conexión. Orm observó los rostros felices, los gestos cariñosos y los momentos compartidos que habían sido congelados en el tiempo.

La fotografía parecía contar una historia de amor y complicidad, recordando tiempos pasados y momentos compartidos que ahora formaban parte de la historia de aquel hogar

Azura se a Orm y vio la foto que tenía en las manos, Con una sonrisa tierna en los labios, miró a Orm y compartió con él el significado especial de la fotografía.

Soy yo cuando era pequeña—habló Azura

Con voz suave y llena de emoción, le reveló a Orm que la niña en la foto era ella cuando era pequeña. Sus palabras resonaron con un sentido de conexión y continuidad, revelando un vínculo profundo con aquel lugar y con la historia que lo habitaba.

𝑴𝒚 𝒔𝒆𝒄𝒓𝒆𝒕 𝒐𝒇 𝒕𝒉𝒆 𝒐𝒄𝒆𝒂𝒏Donde viven las historias. Descúbrelo ahora