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Felix sentía que nunca había sido más feliz en su vida, se sentía pleno y acompañado después de un tiempo en su vida, tenía a (según él) el mejor novio del mundo y, de repente, también era el papá de un lindo niño, los cuales amaba

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Felix sentía que nunca había sido más feliz en su vida, se sentía pleno y acompañado después de un tiempo en su vida, tenía a (según él) el mejor novio del mundo y, de repente, también era el papá de un lindo niño, los cuales amaba. Realmente, decir que estaba feliz era decir poco. Aunque, también, un poco ansioso de encontraba pues, Jeongin, en unos meses empezaría, por primera vez en su corta vida, a ir a clases y, aunque estaba seguro no se le dificultaría mucho, porque, para empezar, era un niño inteligente, él también se había encargado de enseñarle un poco en los meses anteriores. Pensando eso y más se encontraba esa noche, acostado sobre la cama que ahora compartía con el mayor y esperando a que este terminará de bañarse para poder, ambos, dormir.

Minho salió del baño y, sentándose en la cama, se puso una gruesa sudadera, hacía frío y resfriar era lo que menos quería.

—Cariño.— Le llamó el pelirrojo, ganándose su atención. —Hoy estaba hablando con mi madre, dijo que querían venir a vernos, mañana, ya sabes, es sábado.—

—Oh, bueno, ¿Y qué pasa?— Preguntó con una sonrisa.

—Ah, solo te quería avisar y, bueno, ya sabes, mis padres aún no saben lo nuestro y...— De repente, el menor, borrando la sonrisa en su rostro, le interrumpió.

—No.— Fue lo único que dijo, seco y directo.

—¿Cómo? Pero, mi amor...— Alzó sus cejas, notablemente confundido.

—No, no quiero, no puedo.— Se corrigió rápidamente.

—Pero... ¿Qué pasa? ¿Por qué? ¿No quieres que sepan?— Cuestionó con una mirada triste, tomando las pequeñas manos contrarias.

—No, no quiero.— El peligris bajó su mirada, observando sus manos unidas.

—¿Por qué? ¿Hice algo?—

—¿Por qué? Hyung, ¿En serio está preguntando eso? Dios, ¡Somos hombres! ¡Para mí no es un problema! ¿Pero ellos..? ¿Qué crees que pensarán?— Volvió a alzar su cabeza, viendo al pelirrojo.

—Mi amor, ellos nos apoyan...— Le interrumpió.

—¡No! ¡No lo hacen! ¿Qué son sus padres y lo aman? ¡Yo también pensaba eso! ¿Qué pasó? Tuve que dejar de estudiar y casi quedo en la calle, hyung, eso no... Eso no pasa, ellos simplemente no...— Y esta vez, Minho no permitió que siguiera.

—Felix, cállate.— Le dijo, serio pero sin llegar a sonar muy enojado. El nombrado entre abrió sus labios, buscando decir algo que no salió de ellos. —Por favor, que tus padres te hayan tratado así, no significa que todos actuarán igual. Y duele, sé que te duele, pero no puedes simplemente dar por hecho que todos son igual a ellos. ¿Sabes, siquiera, gracias a quién me confesé?— El peligris bajó su mirada, negando y tratando de alejar sus manos de las contrarias, acción que fue denegada por el mayor, quién reafirmó su agarre. —Cariño, si mi mamá no me hubiese dicho, ese día, que me apoyaban, nos apoyan, probablemente no seríamos nada, tú no estarías aquí ahora y tampoco seríamos una familia.— El menor tragó saliva y pasó una de sus manos por sus ojos.

A babysitter and a single dad  [Minlix]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora