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A Minho no le gustaba faltar a su trabajo, lo odiaba, de hecho, pero era la primera vez que su hijo se ponía así, reticente a dejarlo ir, la situación era nueva y sumamente extraña para él, por lo qué, preocupado, había accedido a faltar

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A Minho no le gustaba faltar a su trabajo, lo odiaba, de hecho, pero era la primera vez que su hijo se ponía así, reticente a dejarlo ir, la situación era nueva y sumamente extraña para él, por lo qué, preocupado, había accedido a faltar.

—Bangchan hyung.— Saludó a su jefe y a uno de sus mejores amigos.

—¿Qué quieres? Estoy ocupado.—

—Esto... Te iba a preguntar si hoy podía faltar por...— Le interrumpió.

—¿Qué? No, serás uno de mis mejores amigos, pero sabes que no me gusta que nadie falte, no.— Bangchan era una persona estricta y no le importaba quien trabajase para el, no le daría fácilmente permiso de faltar.

—No seas puto, nunca falto y ni siquiera me has dejado explicar.— Minho frunció el ceño.

—Soy tu hyung y jefe, Minho, respetame, que si me da la gana te despido.—

—Ajá.— Le quitó importancia. —Bueno, la cosa es que Jeongin no quiere que vaya y...— Le volvió a interrumpir.

—¿En verdad no quiere que vengas? Eso es raro, ¿Pasó algo?— Sus amigos lo conocían a él y a su hijo, claro que se iba a sorprender. Cuando conoció a Felix le dijo que Jeongin era tranquilo, no mentía, no podía pasar mucho tiempo con su niño, pero lo conocía como la palma de su mano. Era tranquilo y nunca se quejaba al llegar la hora de trabajar de su padre, supuso que, de alguna forma, le entendía y por eso no hacía alboroto.

—Si, nada grave, solo quiere pasar tiempo con Felix y conmigo.— Pasó una mano por su cabello, despeinandolo.

—Oh, bueno, hubieses empezado por
ahí.— Le fastidió y el alto supo que el mayor sonreía. —Disimulas tan poco que hasta tu hijo se dio cuenta de que te gusta su niñero.— Escuchó la risa del mayor.

—No empieces— Dijo, apoyando su codo en el mesón de la cocina. —Como sea, ya sé que me dejas faltar, voy a cortar, adiós.—

—Ah, adiós, cuando vuelvas trabajarás horas extra, que no te pago para pasear con tu novio.— Minho bufó, virando sus ojos al escuchar al contrario, un poco sonrojado. —Me cuentas qué pasa.— Se despidió y colgó. Unos minutos después, en los que solo se quedó viendo el frutero, apareció Felix en la cocina, cargando al pelinegro, tomando una manzana.

—Hyung, ¿Ya terminó? ¿Le dieron permiso?— El bajito sonrió, dejando al niño en sus piernas, quién se recostó en el pecho de su papá.

—Si, si, fue más fácil de lo que creí, voy a estar todo el día para ustedes,
pequeño.— Las mejillas del menor se tiñeron de rosa, sonriendo, siguió picando la roja fruta que luego le daría al niño.

—Yo... Me alegro que pueda estar para nosotros, hyung, mucho.— Al igual que el peligris, Minho, sonriendo y sonrojado, jugó con su hijo.

— Al igual que el peligris, Minho, sonriendo y sonrojado, jugó con su hijo

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A babysitter and a single dad  [Minlix]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora