15.

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Tal vez fue la nota de México, o tal vez no debió fantasear tanto con lo sucedido la vez pasada... Pero tenía un serio problema esa mañana. Aún escuchaba la respiración tranquila de Canadá, le estaba dando la espalda, así que no había problema... Podía respirar un poquito y tratar de calmarse
Pero sostuvieron su cadera y se aferraron a él con ímpetu

—Can... Estás despierto?

No le respondieron, pero tampoco podía liberarse del brazo que se posaba en su vientre. Estaba entrando en pánico y empezaba a dolerle la entrepierna

—Can...

Susurró después de 10 minutos sin poder calmarse, y es que empezó a recordar lo que hicieron la mañana pasada.

—Can...

Le tembló la voz pero escuchó a su compañero susurrar un buenos días. No quiso mirarlo pero debía pedirle algo importante

—Me... Can, necesito ir al baño
—Sí

Lo soltaron y Ucrania respiró aliviado antes de sentarse, pero aún tenía su erección y el baño estaba del lado de Canadá. Estaba tan avergonzado que no se le ocurría qué hacer

—Ucri, estás bien?
—Hum... No
—Qué tienes?
—Yo... Lo siento... No es...

Sintió a Canadá sentarse para abrazarlo por la espalda, le dieron un beso en la mejilla y no pudo soportarlo. Ucrania soltó un suave gemido cuando la respiración de Canadá golpeó su nuca. Estaba seguro de que su sonrojo se deslizó hasta su cuello y ya no podía ocultar su situación

—Oh... Tienes ese problema

Canadá soltó una risita y Ucrania se cubrió el rostro con ambas manos

—Te ayudaré, Ucri

Ucrania pensó en negarse, pero no pudo. Quería hacer eso otra vez, sentirse igual de satisfecho y emocionado. Por eso no se negó a qué Canadá lo recostara y le quitara la parte inferior de su pijama, incluyendo su ropa interior
Gimió satisfecho al sentirse liberado y la sonrisa de Canadá le dió la confianza para dejarlo repartir besitos en sus piernas hasta que pudo posicionarse entre ellas

—Te molesta si me alivio también?
—Eh?

Canadá señaló su propia entrepierna y Ucrania enrojeció más

—No —le tembló la voz

Se quedó callado mientras Canadá bajaba sus ropas hasta también liberar su erección. Ucrania se quedó atento, observando como Canadá se recostaba un poquito sobre él y juntaba sus miembros para rozarlos
Soltó un gemido placentero y movió su cadera para apretarse contra el más alto. Se rozaron suavemente entre sí mientras acercaban sus rostros y compartían un suave beso

—Ucri... —apretó los dientes
—Ah... —ya respiraba agitado—. Ah... Qué pasa?
—Debemos llamar a Mex

Ucrania apretó los labios, pero asintió mientras detenía su cadera y esperaba a que Canadá tomara el celular y marcara. No pasó mucho para escuchar a México del otro lado, susurrándoles un buen día y que pondría el altavoz para gemirles también.
Estaba tan avergonzado, pero le ganó el deseo

—Quién empezó?

La voz del tricolor estaba algo pastosa, ronca, y podía imaginar su rostro con solo eso.

—Fui... fui yo —confesó Ucrania
—Sus gemidos suenan... muy bonito —continuó Canadá
—Lo sé... Y quiero escucharlo otra vez

Ucrania sintió su pene saltar un poquito antes la voz de México y por instinto movió su cadera. Canadá le dio un beso intenso, enredando sus lenguas y empezó a moverse otra vez. Un vaivén lento y constante, el roce de sus miembros duros y humedecidos. Su piel caliente. Se dejó llevar escuchando también los suspiros en el teléfono y soltó su voz en gemidos necesitados

—Usa tus manos, maplecito... Manzanita, deberías mirar atentamente

México les daba instrucciones y ellos las seguían sin pensarlo mucho. Canadá unió sus erecciones y las frotó juntas con ímpetu, Ucrania se acomodó para mirar todo mientras abría más sus piernas y dejaba sus gemidos salir. México les gruñía suavemente por teléfono

—Can... Can... Ya...

Le sostuvo el brazo cuando ya sentía llegar, pero solo hizo que Canadá se moviera más rápido y sus caderas se agitarán para ayudar. Ucrania no soportó y fue el primero en venirse en un gemido agudo y satisfecho. Canadá siguió moviendo su mano un poco más y soltó un suspiro largo al llegar. Escucharon un jadeo ronco de fondo y supieron que Mex también terminó
Le temblaban las piernas, sentía el peso de Canadá sobre sí y lo abrazó para que descansara. Se quedó escuchando el respirar de los tres un ratito

—Mañana quiero que lo hagan otra vez —México rio divertido—. Pero quiero que sea videollamada esta vez

Ucrania enrojeció y no pudo contestar

—Prefiero que estés presente —susurró Canadá
—Si por mí fuera, así sería, maplecito, manzanita, pero solo será un día más y tendremos unas mañanas muy agitadas después

Ucrania sintió un escalofrío

—Videollamada no... Por favor —Ucrania cerró sus ojos—. Qué vergüenza

Rieron suavemente pero aceptaron su petición
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Estoy oxidada para hacer explícitos pero lo hice con cariño
Bueno
Bye
Jaja

Cristales [Canadá x Ucrania x México]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora