En esta vida | Primera Parte [ Atem / Yami Yugi | Seth ] ( Yu-Gi-Oh! )

Capítulo X: Diamante

ADVERTENCIA: CONTENIDO PROBABLEMENTE SENSIBLE PARA ALGUNOS LECTORES. HERIDAS Y SANGRE.

Habían pasado un par de días desde lo que sucedió con Atem. Sin duda había sido una experiencia totalmente sensible y fascinante con él y por eso mismo no quería apresurarse a nada. Se había ausentado esos días en el palacio por lo mismo: no saber qué responderle. Y aprovechando ese tiempo es que decidió por fin ayudar a Bakura con lo que tanto le había pedido: Sellar una criatura en una lápida de piedra que, para ese momento Lapis aún seguía ignorando en parte el hecho de que los artículos del milenio hacían ese trabajo por su inmenso poder, pero Bakura insistía en que solo lo "facilitaban", y él confiaba en ella para hacerlo aún sin saber ese detalle por completo... Al final de cuentas ella cuenta con un increíble poder también, él supo reconocerlo desde el primer día en que la vio, y era como una "mentira piadosa", como por ejemplo, cuando un padre suelta el asiento de la bicicleta donde su hijo apenas está aprendiendo: "Sigo tomando de tu asiento, tú sigue peladeando" cuando realmente ya lo está haciendo solo por su cuenta. Un efecto similar quería poder hacer Bakura con Lapis, solo qué, regresando a éste siglo el mejor ejemplo que puede encajar es probablemente reemplazar la bicicleta con un caballo.

A pesar de estar con Bakura, ella no podía olvidar ese momento con Atem... Lo sintió bastante atento y amable, probablemente lo que cualquier mujer estaría buscando en un hombre, y mientras más pensaba en eso, más distraída estaba con Bakura.

—Lapis.—El chico trató de llamar su atención.—¿Todo bien?, ¿Qué te tiene tan distraída?

—Oh, no es nada importante.

—Creo que sí, o sí no, no estarías de esa forma.

—Bueno, sí es algo importante, pero en este momento no, estoy contigo y quisiera concentrarme en ti, aunque me está costando un poco... ¿Ya casi llegamos?

Preguntó, estaban sobre un caballo los dos, ella estaba detrás de él, así como estuvo con Atem cuando la llevó al palacio, solo que se sentía diferente a estar con Bakura. No sabría cómo describirlo, pero sin duda era eso, muy diferente.
Lapis no sabía que Bakura tenía un caballo, pero muy probablemente lo había robado sin que ella se enterara; aunque se hacía la idea, es decir, sin mucho dinero, incluso a veces batallaban para comer, ¿Cómo podría comprar un caballo?

—Sí, ya llegamos.

Detuvo el andar del animal justo en la orilla de un barranco, o eso pareció en el primer instante.
Era una aldea, estaba dentro de un gran cráter, parecía imposible acceder por ese lado, pero lo entendió cuando Bakura hizo que el caballo continuara.

¿No se iba a lastimar?

—Bakura, no había necesidad.