Capítulo IV: Camina, disfruta y ¡Corre!

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—¿Qué? —Cuestionaba Lapis cuando Atem se fue

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—¿Qué? —Cuestionaba Lapis cuando Atem se fue.

—¡Le caíste bien! —Gritó emocionada.

—Eso es bueno, ¿No?

—¡Mucho! —Seguía igual, empezó a dar saltitos alrededor de Lapis.

—No importa, no creo venir seguido...

—Pero será Faraón, es bueno que le caigas bien por si acaso. —Sonrió. — Anda, vamos a mi habitación para que te pruebes el vestido.— Así fue, se encaminaron a su cuarto, llegaron, era un poco pequeño pero bastante cómodo. — Aquí es. —Señaló unas cortinas de oro sólido. —Puedes cambiarte ahí atrás, yo estaré aquí. —Se sentó en la cama después de haberle dado el vestido a Lapis en sus manos.

—Te lo agradezco, Mana, eres muy amable, en serio. —Sonrió y fue detrás de las anteriormente señaladas cortinas para cambiarse. Se quitó lo que tenía puesto encima para poder ponerse lo que Mana le había comprado. Le quedaba bien. Salió de las cortinas ya arreglada. —¿Qué te parece?

— ¡Se ve genial!, pero, yo digo que se vería bien si no tuvieras puesto ese cubre—bocas, ¿Por qué lo traes?

Lapis había olvidado por completo eso, no sabía que decir o hacer, si decía que lo trae puesto por parte de su familia, Mana cuestionará rápidamente sobre eso, y no puede enterarse de su pasado, todavía no. Tenía que inventar algo, o contar una parte de la verdad con alguna mentira.

—Es tradición de mi familia... Vine a vivir sola en este pueblo para tener una mejor vida, mi familia se quedó atrás, pero no sus costumbres.

—Ya veo, ya veo... Entonces, ¿Jamas conoceré tu cara?—La cuestionada negó con la cabeza.—Eso es triste... Para mi, pero esta bien, respeto tus decisiones y opiniones.

—Me alegro de conocer a alguien como tú... —Tomó sus antiguas prendas, se dirigió a su mochila para guardarlas dentro hasta que Mana la detuvo.

—Pon tu ropa junto con la mía, no tardaran en venir por ella para limpiarla, así cuando te vayas estará limpia, ¿Te parece?

—¿No es otra molestía?

—Está bien. —Hizo un gesto de restarle importancia con su mano. — No lo haces, está bien. —Tomó su ropa y la puso en la sucia en una esquina del cuarto. — Mientras ven a explorar conmigo en palacio, para que lo conozcas.

—No estoy segura de eso...

— ¡Lapis! —La tomó de la mano para salir del cuarto.— ¡No seas tan insegura y vamos!

—Está bien, está bien... Pero recuerda que el Príncipe dijo que no me podía alejar de ti.

—No hay problema con eso.—Caminaba con ella por el palacio.— Te tendré siempre cerca.

Así pasaron el resto de la mañana y la tarde, yendo a lugares donde se les tenía permitido ir. Conocieron la inmensa cocina y su depósito, el salón real, donde hacen los eventos especiales, el jardín, con algunas plantas, no muchas, el clima es árido. Unas secciones de las bibliotecas que hay, los establos, las granjas, pudieron ver gran parte sin tener que pedir permiso especial.

En esta vida | Primera Parte [ Atem / Yami Yugi | Seth ] ( Yu-Gi-Oh! )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora