Capítulo VII: Bakura

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—¡Bakura!, ¡Mira esto! —La castaña tenía entre sus manos una pieza tallada en oro, una figurilla

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—¡Bakura!, ¡Mira esto! —La castaña tenía entre sus manos una pieza tallada en oro, una figurilla. Estaba en el mercado del pueblo, exploraba lo que no pudo cuando se encontró con Mana.

—Eso debe ser bastante caro. —El mencionado al acercarse a ella dijo eso sin dudarlo. Los grandes detalles en esa pequeña pieza la hacían verse lujosa. Era un pájaro con ojos de Rubí.

—¿Sabes de qué es?

—Es uno de nuestros dioses egipcios. Nadie sabe su nombre.

—Uh~ Eso es bastante interesante.

—Dicen que el faraón que sepa los tres nombres de los tres dioses será el elegido.

—¿El elegido para qué?

—Para vencer el mal que se aproxima gracias a los artículos del Milenio.

—Se supone que se hicieron para traer paz a Egipto, ¿No?

—Se crearon a partir de almas, ¿Qué tiene eso de bueno?

Lapis guardó silencio. Tenía razón hasta cierto punto. Si realmente los artículos fueron creados a partir de almas humanas, ¿Por qué debería ser bueno?, solo había una duda dentro de ella, ¿Las almas habían sido buenas o malas?, A partir de ello sacaría su conclusión.

—Yo digo que dependería del origen de las almas.

—¿Qué tratas de decir?—Su voz sonó bastante seria.

—Si eran buenas o malas.

—Entonces, ¿Dices que soy malo? —Se cruzó de brazos.

—No. Pero lo pensé. —Se apenó un poco. La actitud y personalidad de Bakura lograba que ella se sintiera inferior a un lado, como un ratón. Se había encogido de hombros. Tenía una clara intimidación.

—No te pongas así. —El chico de cabellera blanca rodó los ojos. Su cabello se cubría gracias a la capucha café que llevaba con sí, no quería ser reconocido.

Ella dio un suspiro, se tranquilizó. Trataba de ser más abierta con Bakura, pero era casi imposible, parecía molestarle a él.

—¿Qué más quieres hacer, Lapis?

—Pues, no hay mucho que hacer, ¿O sí?

—Tengo una idea. Sígueme. —Tomó la mano de ella, y salieron rápido del mercado. Caminaron unos minutos y llegaron a un río muy largo. No sabía dónde estaba, pero era muy tranquilo.

—¿Dónde estamos?

— En el río Nilo. —Bakura respondía. —El más grande hasta ahora.

—Es bellísimo. —Debajo de la tela sobre su boca sonreía ante las aguas calmas del río. —Es un hermoso paisaje.

—Sabía que te gustaría. —Volvió a tomar la mano de Lapis y bajó con ella el peñasco en el que se encontraban. Llegaron hasta la orilla del río, él se sentó al borde y se quitó su capucha. —Dime una cosa, tengo curiosidad. ¿De dónde eres?, por tu tono de piel y de ojos es claro que no eres de aquí.

En esta vida | Primera Parte [ Atem / Yami Yugi | Seth ] ( Yu-Gi-Oh! )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora