The Last She || Una historia de Las Crónicas de Narnia.
જ⁀➴ 𝐀𝐥𝐝𝐚𝐫𝐚 𝐋𝐞𝐧𝐧𝐨𝐱 𝐬𝐢𝐞𝐦𝐩𝐫𝐞 𝐡𝐚 𝐯𝐢𝐯𝐢𝐝𝐨 bajo la sombra de un destino que su padre nunca reveló, y un misterio de una madre cuya identidad permanece oculta. ¿Podría esa m...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
❝La Profesia❞ ꨄ︎
—Peter se prepara... ¡y esta listo para otra anotación!
El día estaba asombroso, el sol brillaba hábilmente sobre el bosque de la mansión, donde Peter, Susan y Edmund jugaban críquet. Las risas de Peter y Susan, además de los claros quejidos de Edmund, se entremezclaban con el sonido del golpe de la pelota contra el mazo, mientras los tres parecían disfrutar del raro momento de normalidad.
Bajo un inmenso árbol en el centro del jardín, Lucy y Aldara estaban sentadas en silencio. Lucy tenía un libro infantil en sus manos, pero su ceño fruncido indicaba que no estaba del todo concentrada en su lectura. De vez en cuando levantaba la vista para observar a sus hermanos, su expresión era una claramente enojada.
Aldara, a su lado, sostenía con delicadeza aquel libro que el profesor Kirke le había dado la noche anterior. Sus dedos acariciaban distraídamente el lomo desgastado mientras su mente daba vueltas alrededor de lo que había aprendido: su padre, aquel hombre rígido y frío que apenas hablaba de su pasado, había sido amigo del profesor y, lo más increíble, ambos habían estado en Narnia mucho antes que ella y Lucy.
Aquello la abrumaba, pero también la llenaba de preguntas. ¿Cómo era posible? ¿Por qué nunca habló de ello?
Con un suspiro, la pelinegra colocó el libro sobre su regazo y sacó de su bolso el paquete de cartas de su padre; que, ahora parecían contener pistas ocultas sobre su vida. Eligió la tercera de acuerdo a la fecha, lista para leerla, pero en cuanto sus manos comenzaron a abrir aquel viejo sobre, algo extraño ocurrió.
Una sensación punzante atravesó su cabeza, y de repente imágenes comenzaron a invadir su mente. Vio al señor Tumnus, siendo arrestado por... ¿lobos? Su pequeña casa, acogedora y cálida, ahora estaba siendo destrozada sin piedad.
¡Por su crímenes contra la reina de Narnia, Jadis, emperatriz de las Islas Solitarias; serás arrestado por alta traición!
La escena cambió abruptamente. Ahora veía un bosque helado, lleno de sombras y movimiento. Allí estaba su padre, mucho más joven, corriendo junto a un león dorado de visible presencia. Ambos parecían huir desesperadamente de algo, perseguidos por figuras borrosas que no podía identificar con claridad.
Y sin darse cuenta, dejó caer el libro y las cartas al césped, llevándose ambas manos a las sienes para intentar calmar el dolor.
—¡Au! —el grito de Edmund la trajo nuevamente a la realidad.
—¿Ups? —se disculpó vacíamente Peter con su hermano menor, al parecer lo había golpeado con aquella pelota. —¡Despierta bello durmiente! Es más, ¿Dónde esta mi bella durmiente? ¡Darie, ven aquí a jugar con nosotros!— El rubio por su parte no podía dejar de admirar como el sol hacía brillar el mechón blanco de la pálida, iluminando su rostro preciosamente.
