TIMELESS [Dramione]

Capítulo 19

Cualquiera te diría que dejé de ser la persona que era en el momento en que entraste en mi vida.

-Lang Leav

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Tiempo presente: Julio 2002 / Tiempo de Draco: Presente

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Draco Malfoy

Cuando Draco salió de la red Flu hacia la sala de estar de Grimmauld Place, vio al instante a Potter en el sofá, agachado y pasándose las manos por el pelo. Draco lo recordó como el mismo sofá en el que él y Hermione habían hablado con Longbottom en Pascua.

Pero aparte de este mueble, el resto de la habitación era completamente diferente. Era oscura y lúgubre y Draco entendió por qué Ginny quería redecorarla. Este lugar era jodidamente deprimente.

Potter estaba comprensiblemente confuso cuando vio a Draco, pero se limitó a encogerse de hombros y agachar la cabeza, como si le faltara energía para preocuparse adecuadamente por la repentina e inesperada aparición de Draco en su casa.

Draco suspiró, esto era peor de lo que había pensado. No podía recordar una vez que hubiera visto a Potter sin una chispa de lucha en sus ojos. Ahora estaba derrotado y deprimido. ¿El Señor Oscuro no pudo vencerlo, pero Ginny Weasley sí?

Anteriormente, esto habría sorprendido a Draco, pero estaba empezando a comprender cuán increíblemente poderoso y peligroso podía ser el amor. Probablemente había algún poema sobre eso en alguna parte. Hermione probablemente conocía uno; Tendría que acordarse de preguntarle.

Draco se acercó al sofá y se detuvo cuando estuvo a unos metros del otro mago. "Potter".

"¿Qué?" Potter no levantó la cabeza.

Draco tenía ganas de irse. ¿Qué estaba haciendo aquí? Potter tenía un sinfín de amigos, no necesitaba a Draco. Pero, honestamente, Draco estaba haciendo esto más por sí mismo que por el mago destrozado frente a él.

Inmediatamente después de la guerra, Draco se había obsesionado con Harry Potter. Había consumido toda la información que había podido sobre él, desde todos los artículos que se habían escrito sobre él en El Profeta, pasando por los artículos de las revistas sobre el salvador del Mundo Mágico, hasta ese horrible libro escrito por Rita Skeeter que parecía casi totalmente inventado.

Draco no había aprendido nada de su investigación que no supiera ya, pero después de un año de trabajar en sus pensamientos contradictorios sobre el molesto niño-que-vivió, había llegado a la conclusión de que Harry Potter era un mago extraordinario, con quien Draco nunca se podría comparar.

Había estado celoso de Potter toda su vida. Comenzando ese primer día en Hogwarts cuando eligió a Weasley antes que a él. Todo parecía haber sido tan fácil para Potter. Era adorado por los profesores y sus compañeros de clase, era naturalmente bueno en Quidditch e incluso tenía aptitudes para la magia, a pesar de haber sido criado por muggles.

Draco sabía ahora que Potter tenía una habilidad única y estaba destinado a ser el único mago capaz de desafiar al Señor Oscuro, pero la victoria le había costado mucho. Había perdido a sus padres y a todas las figuras adultas de su vida. A pesar de eso, había tenido la tenacidad para continuar luchando contra un mago increíblemente poderoso contra terribles probabilidades. Draco no tenía la fuerza de voluntad, ni el coraje, ni siquiera el poder de Potter. Se alegraba de que Potter hubiera estado cerca y estaba en deuda con él a un nivel más personal por lo que había hecho en la Sala de Menesteres y luego en el juicio de su familia. Esa increíble deuda que Draco tenía con Potter le había atormentado durante un año, hasta que por fin se enfrentó a su antiguo rival y le pidió disculpas de forma medio coherente.