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-Oh! ¡Muérdago! ¡Muérdago! - Gulf habla apresurado alcanzando a su vecino alfa que acababa de salir del ascensor.

El hombre lo observa impresionado, como si el menor le haya salido una segunda cabeza

Pero el omega solo se acerca a él, tanto como pueda para quedar bajo el muérdago, y es tan descarado que se muerde los labios mientras observa la boca del alfa, esperando.

El hombre suspira profundamente, se inclina y besa los labios rosaditos y pomposos del omega. Después se aleja seriamente - ¿feliz? - cuestiona sin un ápice de emoción en su voz.

-Sí! - responde emocionado, no oculta su sonrisa y se toca de nuevo los labios aun sintiendo en sus labios el toque anterior del alfa. Es un sinvergüenza.

El mayor suspira pesadamente poniendo los ojos en blanco.

-Como te llamas? - Gulf tiene unos short amarillos cute cuyo largor queda sobre sus rodillas, y un gigantesco suéter color lavanda con la imagen de un árbol de navidad ocupando casi todo el pecho del suéter, incluso los hilos que forman el árbol sobresalen un poco, es demasiado festivo. El chico parece hundirse dentro de ella.

El hombre lo observa un momento y luego inclina ligeramente la cabeza- ¿aun no te has aplicado un ungüento por eso? - pregunta apuntando a los raspones de las rodillas cuyos rasguños estaban rojas.

El omega dirige su mirada a sus pequeñas heridas y vuelve a levantar la mirada al alfa, sus ojos son redondos, oscuros y llena de inocencia, era una delirante combinación de omega adulto y delicadeza infantil.

-No cambies de tema -responde estirando poco a poco el short hacia abajo con tal de ocultar su pequeña herida no tratada, para beneficio propio, su abrigo es tan largo que sigue ocultando la suave y dorada piel, manteniendo integra su desnudez de los inquietantes y oscuros ojos del alfa.

El hombre lo mira a los ojos y suspira pesadamente, reprochándolo con la mirada -No cambies tú de tema - responde, de nuevo está cargando su habitual bolso deportivo que empuja hacia atrás de su espalda y da un paso acercándose completamente al más pequeño.

Gulf retrocede, chilla y gritonea cuando siente sus pies abandonar el suelo, pero finalmente, cuando siente que no se desplomara al piso, él se sonroja en silencio, encontrándose ya en brazos del alfa.

-Mira nada más- murmura el mayor observando de cerca los raspones, aun sosteniendo al omega al estilo nupcial- no tiene ni rastro de que le hayas puesto un antiséptico -murmura soplando suavemente la herida.

El omega gimotea bajito y trata de hundir su rostro dentro del cuello de su enorme abrigo navideño, le estremece el fresco aliento del alfa sobre su herida.

-Tienes que ponerte medicina, o te va a quedar marcas- habla roncamente volteando a verlo a los ojos, sostenerlo parecía ser muy fácil y sus pupilas estaban imposiblemente dilatadas.

-No! - se retuerce de pronto, levantando la voz, consiguiendo que el alfa lo baje -sanara pronto! -grita corriendo/cojeando a su habitación, abre la puerta y entra alborotando todo, un graznido y aleteos abuchea detrás sus pasos, Garu sale por la puerta con una pelota de tenis en la boca, corretea por los pasillos cual potrillo en el campo y finalmente vuelve a meterse en su hogar, se escucha un portazo y el alboroto se desvanece.

La simple mención de medicina ha hecho que aquel descarado omega sea todo un cobarde.

Mew ríe.


^^

Muerdago (MG)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora