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—¡Espera, Mild, no seas tan atolondrado! —reprendió Gulf en un susurro que rozaba el tono de un grito.

—¡Se nos va a escapar! —respondió el otro omega en un susurro gritado, con una vena marcada en el cuello, tratando de ocultarse detrás de un poste de luz.

Mew ni siquiera había terminado de doblar la esquina cuando Mild salió corriendo tras él, corriendo semi agachado y sin prestar atención a su camino, como si estuviera persiguiendo gnomos invisibles.

Gulf se agarró de los cabellos y los estiró con fiereza y estrés, gruñendo al cielo por haber propuesto esta misión para la cual su amigo claramente no estaba preparado.

¿Se había creído Tom Cruise?

Un ruido seco y metálico llamó su atención, haciéndolo salir de su escondite para ver qué había ocurrido. Encontró a Mild tirado en el suelo, sobándose la frente con los ojos llorosos.

Afortunadamente, Mew tenía puestos sus auriculares y no notó el circo que se armaba tras sus pasos.

—¡Rápido! ¡Rápido! —llegó Gulf tras él, ayudándolo a levantarse y tomándolo bajo las axilas, jadeando por el esfuerzo, mientras su amigo seguía pataleando intentando levantarse.

Miró de nuevo hacia la dirección por donde iba el alfa, asegurándose de que ya había cruzado otra calle. Cinco cuadras más con eso.

—Ay, mi cabeza... —murmuró Mild adolorido, aún sobándose la frente.

—¡Te dije que seas cuidadoso! —gruñó Gulf enojado, revisando la cabeza de su amigo.

—¡Me preocupaba que lo perdiéramos! —se excusó el omega levantando la mirada, buscando al alfa que perseguían desde el edificio donde vive su mejor amigo—¡Oh! ¡Nudos salvajes! ¡Ya lo perdimos! —gritó Mild buscando al hombre que perseguían.

Gulf dejó de buscar alguna herida más aparte del chichón en la frente de su amigo y volteó buscando a Mew.

—No —suspiró—, lo vi recién doblando la esquina —respondió con cara de regaño.

Era molesto que hubiera gritado cuando debían ser sigilosos.

Tomó la mano de Mild y corrieron hasta el final de la cuadra. Los dos asomaron sus cabezas tras unos arbustos llenos de copos de nieve y volvieron a tener en la mira a su víctima.

Mew se quitó sus AirPods mientras terminaba de cruzar la última calle. Seis cuadras desde el departamento.

Lo vieron llegar frente a un lujoso edificio y Gulf pudo reconocer el gimnasio en el tercer piso debido a que el bolso de Mew tenía el mismo logo.

Misión cumplida.

...☃️🎄🎈

Mild retorció incómodamente una sonrisa hacia la beta de la recepción, mientras Gulf mantenía su atención fija en las acciones de Mew. El Alfa, absorto en su celular, dejaba entrever una pequeña sonrisa inconsciente en las comisuras de sus labios mientras se adentraba en el ascensor. Esta reacción resultaba molesta para Gulf, considerando que Mew no era alguien propenso a sonreír fácilmente.

—No entiendo —murmuró Gulf, más para sí mismo, mientras razonaba—. Él solo viene a este lugar —comentó, preguntándose de nuevo dónde demonios trabajaba Mew para tener un horario tan movido y nocturno. ¿Y si fuera un gánster?

—Misión cumplida, Gulf —exclamó Mild, saltando frente a él—. ¡Tu adorado vecino trabaja aquí, fin del cuento! Ahora vámonos, ya me dio hambre y me duele la cabeza.

Gulf presionó el botón para llamar al ascensor, ignorando a su amigo.

—Solo quiero ver un poco más —murmuró pensativo.

Muerdago (MG)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora